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Comunidad

Centenario del Parque de los Patricios

Al cumplirse el Centenario de la fundación del barrio de "Parque de los Patricios", Bernasconi, escuela abierta" ha decidido contribuir con la celebración, a través del aporte de artículos alusivos al tema y de información de distintas fuentes originarias de la zona. En este número se cuenta con la colaboración del ingeniero Manuel Vila, presidente del "Foro por la Memoria del Parque de los Patricios" y de un reportaje concedido por Rubén Camillozzi, presidente del "Ateneo de Estudios históricos del Parque de los Patricios".
Las voces de Homero Manzi y de Eladia Blazquez y las letras de tango referidas a este populoso rincón urbano agregan un sentimiento de profundas raíces porteñas.que de Patricios.

Historia del Parque de los Patricios

Los orígenes de Parque de los Patricios nos remiten a la teoría del historiador jesuita Guillermo Furlong, basada en datos geográficos de su época, para la cual gran parte de los episodios vinculados con la fundación de Buenos Aires se desarrolló en el actual barrio porteño.

Avanzando más en el tiempo nos encontramos con la quinta de la familia Escalada, epicentro de acontecimiento históricos trascendentales, ubicada en la actual intersección de Avenida Caseros y Monasterio, donde en 1823 falleció María Remedios Escalada, esposa del General José de San Martín.
Sobre Caseros y a 100 metros de los Escalada, vivió el marino Tomás Espora, en una construcción que aún subsiste. Solía ser visitado por el Almirante Guillermo Brown y el Brigadier General Juan Manuel de Rosas. Estaba casado con la sobrina de Feliciano Chiclana. Uno de los aspectos más relevantes de la zona tuvo que ver con la figura de Francisco Pascasio Moreno, el ilustre Perito que representó a nuestro país frente a los ingleses en la disputa de las tierras con Chile, cuya casa paterna comprendía desde Brasil hasta Caseros y desde Catamarca a Deán Funes, en un circuito de ocho hectáreas, donde posteriormente se emplazó el Instituto Félix Fernando Bernasconi.

Además de destacarse como Perito, fue diputado nacional, Subdirector del Consejo de Educación, Directivo del Patronato de la Infancia de Parque de los Patricios, impulsor de la erradicación del barrio de las latas y creador de las Cantinas Maternales y de la primera agrupación scout en su barrio.

Los primeros emprendimientos

En 1855 se instala en la zona lo que se dio en llamar el Cementerio del Sur, ubicado en el predio del actual Parque Ameghino, y el Matadero de los Corrales en el hoy Parque de los Patricios.

Apenas inaugurado el cementerio, se desatan las epidemia de cólera en 1868 y de fiebre amarilla en 1871 que provocan miles de fallecimientos. Saturado de cadáveres, finalmente se lo cierra, aunque se lo reabriría en 1880 durante el desarrollo de los combates de Los Corrales.

El Matadero de los Corrales empieza a funcionar con esa denominación en 1872, con sus corrales de palo a pique y su metodología de matanza cruel y poco higiénica.

La presencia de los mataderos provocó la irrupción de industrias afines en la zona como la curtiembre "La Francia Argentina", instalada en 1890 entre Monteagudo, Los Patos y Pedro Chutro. En 1901 fueron trasladados a lo que en nuestros tiempo conforma precisamente el barrio de Mataderos.

Otro emprendimiento, fue el de la Quema de las basuras, entre Zavaleta y el camino al Puente Alsina. En seis viajes diarios trasladados por ferrocarril desde la actual estación Plaza Once hacia la Estación de la Quema, la acumulación de la basura dio lugar a que los sectores más empobrecidos y marginales revolvieran entre el basural para extraer los metales, restos de comidas y hasta las chapas con que construían sus viviendas. Fue así como los cirujas ( apócope de cirujano por la forma de abrir la basura) confluían en lo que recibió el nombre de Barrio de las Latas. Las sucesivas inundaciones de la zona y también de las más cercanas a los Corrales también hicieron que se lo denominara Barrio de las Ranas y a su habitante de "rana" o "ranero", expresiones muy usadas luego en el vocabulario tanguero que tomó sus arquetipos de esta zona y moldeó su baile con corte en los prostíbulos de bajo nivel.
La desaparición del tren de las basuras en 1895 empeoró la situación en la medida en que los deshechos eran descargados en lugares descampados y a cielo abierto, lo que terminaba causando la profusión de insectos, alimañas y la presencia de más cirujas. A causa de la gestión de un conjunto de destacados ciudadanos, entre los cuales se hallaba el Perito Moreno, en 1917, debido a las enfermedades producidas por la falta de higiene, la promiscuidad y los hacinamientos, se traslada a los habitantes de La Quema a los galpones de la jabonería Seeber, lo que provoca un hacinamiento mayor.

Por esta razón en 1922, por resolución del Concejo Deliberante, se lo desaloja. En galpones inundados y separados con bolsas de arpilleras vivían 258 familias.

El traslado de los mataderos dejó un importante espacio libre en la llamada Meseta de los Corrales Viejos. Durante un tiempo estuvo abandonado y su aspecto distaba de ser considerado bello. Por ese motivo, surgió el proyecto de transformarlo en un enorme parque arbolado destinado al paseo y esparcimiento de los vecinos.

A tales efectos se comisiona a Carlos Thays, entonces Director de Parques y Paseos de la Ciudad, a llevar a cabo la iniciativa.

El 12 de septiembre de 1902, el Concejo Deliberante impuso el nombre de Parque de los Patricios al histórico barrio de los Corrales, a raíz de las gestiones del entonces Intendente de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, doctor Adolfo Bullrich. Cuentan las crónicas de la época que el funcionario organizó para el "Día del árbol", el 11 de setiembre de 1902 los festejos y que cuatrocientos niños plantaron retoños y cantaron el "Himno al árbol", un homenaje que también se realizara a Domingo Faustino Sarmiento en la fecha de su fallecimiento. Pero todo esto no impediría que en el plano de Thays se acortara la denominación oficial, quedando reducida a Parque Patricios, de uso popular desde entonces.

El incipiente barrio comienza a consolidar su singular fisonomía. Esto queda claramente demostrado entre otras en los proyectos del Jardín Zoológico del Sur y del Patronato de la Infancia.

En 1907 el Jardín Zoológico del Sur estaba dirigido por Clemente Onelli, un romano que había sido colaborador del Perito Moreno en el Museo de La Plata. La gestión del citado funcionario se caracterizó por el fecundo trabajo, la austeridad y un claro sentido de progreso. Lamentablemente, el descuido posterior al fallecimiento de Onelli hizo que los animales murieran y la edificación padeciera un paulatino deterioro hasta su desaparición, producida en 1935.

Un hito en la historia de la educación argentina lo marcó la fundación del Instituto Félix Fernando Bernasconi por obra del legado de este suizo agradecido de su paso por nuestro país. Alberga la obra museística de Rosa Vera Peñaloza y la grandeza de su estilo arquitectónico lo ubican como el más importante de América Latina y uno de los más reconocidos en el mundo.

"Bernasconi, escuela abierta", octubre de 2002

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Vení, vení a Patricios

El Globito copó el cielo, como el sol, como la luna.
Con su hache en el medio...Su hache de Huracán, de Honor, de ¡Hurra!.
Si parece Pichuco con su papada a cuestas...y su gloria.
El Globito está volando, volando, borracho de alegría entre las nubes.
Pasea por los cien barrios porteños, pero los papelitos los tira, ya sabés donde...
Porque el Globito tiene hinchada en todas partes, pero su esencia y su razón de ser, siempre estará en Parque Patricios. El barrio que está de fiesta.
¡Parque Patricios!
¿Sabés qué es Huracán para su gente?
-¿Y vos, sabés que significa el barrio?
-El barrio es ese enjambre de personas, como nosotros dos.
-Ni más ni menos.
-Minga de códigos extraños ni de ecuaciones financieras para que unos pocos tengan
mucho... y para que los muchos tengan poco....
El barrio es esa gente, empeñada en vivir, en tender la mano, hacer la miel, con el sentido más humano y más exacto de la vida...
Con el corazoncito puesto en muchas cosas cotidianas, chiquititas si querés...pero son la sal de la existencia y la filosofía de la vida...

El asadito al fondo, el tango, el mate, la festichola del domingo que a veces nos sucede en otro día...
Porque el fútbol, por esas cosas de la modernidad y de las competencias, ahora puede jugarse un lunes, pero vos sabés muy bien que el domingo sin el fútbol no es lo mismo...

El domingo es para el fútbol como el tuco y los ravioles...

Los podés comer otro día, pero siempre habrá un sabor intransferible.

Parque Patricios se vincula a mi existencia, cuando yo no existía...la materia prima de mi vida, que fueron mis viejos, caminaron su dicha de recién casados por la calle Rioja. De grande me contaron que amaron a Patricios y yo también lo amé, por transferencia. Por eso me alegro. ¿Ves? Ser barrio también significa alegrarse con la alegría de los demás. Y yo soy feliz por Huracán y por Patricios, por la gente.
Porque en esta mufa sin sentido en que muchas veces nos zambullen, ¡se agradece tanto el regocijo! Y porque vos sabés...cuando un barrio está contento, en el cielo hay siempre un ángel que sonríe...

Los veo a mis viejos caminando por Rioja.

¡Pucha Huracán, qué feliz me hacés!.

Eladia Blázquez
Escrito en 2000 con el rápido regreso de Huracán a Primera División


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Treinta años de recuerdos alrededor de un globo

Los arqueólogos se empeñan en hacer la cuenta exacta de las ciudades superpuestas a lo largo de sucesivas civilizaciones. Ayer, sentado en las butacas de "Huracán", sin querer, hacíamos nuestra arqueología sentimental, superponiendo en el recuerdo las distintas canchas del Club de Parque de los Patricios, que nació bajo el símbolo de aquel globo ausente -que llorara todo Buenos Aires – y que tuvo como presidente honorario a Jorge Newbery, el príncipe de los deportes argentinos,aquel de la sonrisa triste y la muerte gloriosa.

Es que habían pasado muchos años sobre nuestras vidas.

Ya no estabamos con "Tuco", el extraño vagabundo del conventillo de la calle Garay, mirando "medio partido"desde las montañitas de Chiclana.

Ya no corría sobre la línea lateral de la cancha el "Ruso Chavin"con el pañuelo colgando del bolsillo trasero de su pantalón azul.

Y el "Negro Laguna", mañero y limpio al mismo tiempo, y "Ginebra", el ídolo de la calle Rioja, "Iriarte", "Basaldene", "Carabelli", "Márquez", "Soulas", y "Mar- tinez" (Pedrito Martínez) tampoco andaban sobre el pasto.

Comprendimos que habían pasado muchos años sobre nosotros y sobre los demás, y que en su curso, el escenario y los actores se habían transformado. Claro, algo había quedado como antaño y eran, el corazón indomable de un "once" que empuja como si fuera el de siempre, y el globo simbólico que para jerarquizarse, puede apelar a la tradición deportiva mezclada a la ciudad de 1910, que subía a las azoteas bajas para ver pasar sobre los molinos y las chimeneas, los inflados aparatos de "Newbery y el Sargento Romero".

También estaba sobre la cancha –otorgando con su presencia categoría de seguridad- el "Cachorro Alberti". Porque hace mucho, cuando en lugar de las tribunas actuales apenas si existía una casilla de madera, ya jugaba un "Alberti", que desde la misma línea hacía el arte del rechazo infalible y rotundo. Y también estarían sobre las tribunas, mezclados a la multitud, los muchachos de "Danel", de "Metán", de "Prudán", de "Casacuberta", de "Gallegos", de "Cabot", -famosas cortadas del sur-, y sobre cuyas piedras sin tranvías se levantaron escuelas primarias del foot-ball, con pelotas de veinte...

Estaban allí. Yo los he visto otra vez como hace muchos años, inflando el globito con todos los pulmones y festejando la victoria con las gorras al aire y ocupando orgullosos las gradas de cemento.
La historia de los barrios porteños está escrita, sin duda alguna, en los libros de acta de los clubes de barrio.

Huracán es casi la historia misma del Parque de los Patricios. Alrededor de su nombre Pampero, giran los recuerdos del barrio sur. Al globo rojo sobre campo blanco –heráldica suburbana- están adheridas las cosas de barrio, y los hombres del barrio, y los cafetines del barrio, y los baldíos del barrio... con melancólicas suturas. ¿Es que el Café Benigno, desde cuyo palco molía tangos el bandoneón de "Arturo La Vieja", y en cuya pizarra de billar se colocaba el resultado de los partidos de primera cuando no había radio ni sextas ediciones... no formaban parte de la historia de Huracán...?

¿Es que el Colegio Luppi, aquel que fundara Colombo Leoni, y en cuyos recreos del lunes se comentaban los goles y las jugadas del domingo... no eran un vivero de jugadores y simpatizantes de Huracán...? ¿Es que el "Cine Ruso" -"El del Capuchino"- y "La Eslava" y "El Americano"y "La Tipográfica", no estaban ligados a los mismos recuerdos...?

Todos esos lugares y la "Quinta de Pancho Moreno", y cada una de las esquinas del Parque, están estampadas en las páginas del club, que de tan modesto recibiera el mote de "Mate Cocido", pues en lugar del té habitual, obsequiaba con la criolla infusión a sus rivales, y que hoy, al correr de los años es dueño de una sede lujosa y del primer estadio sudamericano.

Muchos de estos nombres y de estas evocaciones resultarán guarismos extraños a los ojos de los hinchas de hoy, pero todos ellos, probablemente, harán llorar de emoción a los que aún quedan de aquellas primitivas jornadas.

Que me perdonen los nuevos y que me acompañen en la evocación los de entonces.
He escrito estas líneas, para que la lean "Mario Luppi", "Malerba", "Ginebra", "Banchero", "Pepe Barreiro", "Bivernat", "Cantoni", "Armando", "Bergantino", "Durán", "Sabelli", "Ader", "Tamangotes Rabanal", y todos los que entonces parecían muchos en la tribuna de Chiclana y que hoy son tan pocos sobre las gradas del circo de cemento.

Homero Manzi
Escrito en 1949 al inaugurarse el estadio (hoy denominado Tomás Ducó)

No hay insignia más representativa, ni más intensa para un barrio, una divisa deportiva, que la expresión de sus poetas, reflejando la forma de sentir y de vivir de su gente.

Eladia Blázquez,
recibió de sus padres, vecinos de Parque de los Patricios e "hinchas" de Huracán, una transferencia emotiva que va más allá de la vivencia personal, y que la hace aún más profunda.

La vuelta de Huracán, al filo del nuevo siglo, le sirve para expresarlo con la fuerza del recuerdo, y la alegría del porvenir.

Homero Manzi
, vivió desde su infancia en el Colegio Luppi, hasta su muerte en 1951.
El crecimiento de Huracán y su identificación con Parque de los Patricios y lo expresa como sólo el podría hacerlo, en esta pintura melancólica del medio siglo, frente a un hecho cumbre en la historia del club.

"Bernasconi, escuela abierta", octubre de 2002.

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"Morir en la quema"
Breve historia del Ferrocarril de las Basuras
1872-1895

Algunos lo llamaban pomposamente; "Ramal al Riachuelo del Ferrocarril Oeste", pero para la mayoría era: "El Tren de las Basuras".

Tenía un origen arrabalero pero más noble que el que lo aguardaba en el "Barrio de las Latas". Nacía a espaldas del Mercado del Oeste, heredero de los viejos Corrales de Miserere. Se cargaba hasta el tope, de todas las miserias que los porteños expulsaban del casco urbano para arrastrarlas hasta ese barranco arenoso y mórbido que se extendía por detrás del Matadero de los Corrales y que algunos bautizaron "Estación Las Basuras"....otros, casi todos, simplemente: "La Quema".

Seis veces por día se hinchaban sus calderas, chirriaban sus ruedas en los rieles, crujía el terraplén de madera sobre la calle de la arena (Chiclana), cuando después de correr por Loria y desviar en "S" por la que hoy llamamos Oruro, enfilaba por Deán Funes-Zabaleta a su destino final en la "Quema".
Si hasta "La Porteña", terminó sus días en la poco noble tarea de arrastrar las basuras hasta su deposición y quema, más allá del límite "ranero", entre latas y fuegos, entre olores y muerte, entre música y barro.

Y a pesar de perderse en esa Auschwitz antigua del hacinamiento y la miseria, del cuchillo fácil y la pollera sucia, resurgía como el ave Fénix otras tantas veces para retornar a buscar su carga.
Morir en la quema...destino de guapos...que el tren repetía...incansablemente...sin prisa y sin pausa...y día por día...hasta que de a poco...se fueron quedando...sus ruedas gastadas...su motor sin fuerza...sus rieles cansados...

Y en un día aciago...del noventa y cinco... callaron su canto...vaciaron su carga...soltaron sus ganchos...calmaron su pena...Había logrado...de pura costumbre...MORIR EN LA QUEMA.

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Ing. Manuel Vila

 

Patricios, cuna del tango

Con su origen bordeando el Matadero de los Corrales y extendiéndose hasta La Quema, donde crecía el Barrio de las Latas, Parque de los Patricios es sindicado por casi todos los estudiosos del tango, como el ámbito inicial de los compases tangueros, con sus personajes arquetípicos caracterizando su danza de corte prostibulario, y sus tipos iniciales: el compadre, el ciruja, el guapo cuchillero, la prostituta, el cafishio.

En esto coinciden los Hermanos Bates, Miguel Caminos, José González Castillo (además contemporáneo de los orígenes), y tantos otros. Hasta el propio Angel Villoldo reconocido como "El Padre del Tango", se venía a bailar a los Corrales, según él mismo lo expresa en una poesía.
Juan Maglio pionero entre los creadores de tangos y directores de orquestas de principios de siglo,vivía sobre la calle Rioja; el lecherito Guido, Roque Biaffore, y José Dames, hacían llorar sus bandoneones, desde su adolescencia en los rincones del barrio; las parejas se conocían en los "bailes formativos" de los patios de conventillo, al compás del tango, que en el sur no tenía prohibidos los "cortes", como ocurría en otros barrios de Buenos Aires.

A Patricios vino Gardel a buscar a su guitarrista estrella, Guillermo Barbieri, y aquí también vivió Riverol, que era su gran amigo y como Barbieri hincha de Huracán.

En el barrio buscarían sus músicos, Azucena Maizani, Mauré, Peralta.

Por un tiempo el Café Benigno era el centro de contratación de músicos más fluido del arrabal.
Mientras se acodaban en sus cafés poetas de la talla de Enrique Santos Discépolo, Celedonio Flores, Homero Manzi, José Gonzalez Castillo, o los vecinos José Rial o Amleto Vergiatti (Julián Centeya), para crear las mejores letras de tango; voces como la de Angel Vargas, vecino y amante de Parque Patricios; Luis Peralta o Jorge Vidal, transformaron al barrio en una cantera que incluiría mujeres bailarinas como Gloria (la pareja de Eduardo). La belleza de las mujeres del barrio se haría mito en las letras tangueras que marcaban la admiración por la "piba mimada de la calle Pepirí"; o la nostalgia por la muerte de Milonguita, "la pebeta mas linda`e Chiclana".

De su geografía nacieron expresiones recurrentes como: ciruja, rana, ranero, quemero y la reiterada mención de los Corrales, como cuna de guapos y de buenos bailarines.

El Café Benigno, como templo de esta religión tanguera, merece un capítulo aparte

Ing. Manuel Vila

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El café Benigno

Entre 1887 y 1889 llegan a Parque Patricios, (aún era el Matadero de los Corrales) cuatro hermanos originarios de Orense.

Su apellido es Fernández y sus nombres en orden cronológico eran Benigno; Andrés; Generosa y Manuel. Instalan en Rioja 2077 (hoy sería 2177) una fonda y café, que por respeto al mayorazgo, lleva el nombre de "Café de Benigno", aunque desde el inicio es administrado por Manuel.
Un hijo de este de apodo Pepe, queda al frente del negocio en 1926, momento en que ya se ha transformado en un templo tanguero.

Los jugadores de Huracán ya lo habían elegido como reducto previo y posterior a los partidos. En el pizarrón se anotaba el resultado y se disfrutaban los éxitos como el del campeonato de 1928.
Allí se lucía el "Zurdo Franco" que tocaba el violín al revés, y el Negro Eduardo, bandoneonista que sería el primer. Director de orquesta de color.

Allí cantaba y tocaba la guitarra Guillermo Barbieri, el guitarrista predilecto de Gardel, (que moriría con él después de escribir en el pizarrón "Hasta pronto amigos"), y al que seguramente llevaba hasta sus mesas.

Era habitué Armando Discépolo que vivía con su hermano Enrique (20 años menor que él) en Rioja a dos cuadras, y que por la edad de este último (desde los 14 a los 18 años) puede presumirse que se inspiró en el Benigno al escribir la letra de "Cafetín de Buenos Aires".

José Gonzalez Castillo y Homero Manzi, recuerdan en sus escritos a Arturo "La Vieja" Severino con su orquesta y la de señoritas, como las de más éxito en ese entonces. Libertad Lamarque, luego de actuar en el Rivas, cantaba en el café, y luego pedía compañía para ir a Barracas; así conoció a su esposo Alfredo Malerba. Sobre su palco recitó Celedonio Flores, como luego lo haría Julián Centeya. Afectado por la pérdida de su visión, Pepe transfiere el café en 1936, a un cuarteto de socios (Florentino, Castro, Eugenio Alen y Manuel Salvador Lemos) sin que la gloria decaiga.

En su vidriera se sentaba Herminio Masantonio, admirado por todos; allí debutó Hebe Bedrune, por enfermedad de su padre siendo la única directora de orquesta típica conocida; allí reclutaba militantes radicales el juvenil Homero Manzi, acompañado por el Loco Papa (el boxeador Francisco Sabelli) como luego lo haría el Doctor Genaro Giacobini para su partido de la Salud Pública.

Sobre sus billares brindaron exhibiciones notables los hermanos Navarra, y los muchachos de la barra (muchos municipales) se ilusionaban con las victroleras que ponían discos sobre el palco, o preparaban el combate con la barra del 21, contiguo y declarado archienemigo.

Alfredo Barbieri alegraba sus noches junto a Lopecito o Antonio Tormo; pero el pico de popularidad del Benigno se produjo con un cantante que ingresaba entonando sus tangos desde la calle, al estilo de las cantinas. Era Luis Peralta, a quien esperaban en el palco cuatro guitarristas. El golpe de efecto era tan grande que desde toda la ciudad, los porteños concurrían para escucharlo, cortando el tránsito por Rioja. Su potencia le dio fama hasta el punto de competir con Hector Mauré en la preferencia de los tangueros.
Con el tiempo los municipales que llenaban el salón a toda hora, se fueron raleando, los billares bajaron su cotización, y un suceso triste (dos criminales escondieron tras el mostrador el martillo con que habían asesinado a un almacenero en Garro y Cotagaita) apuró el cierre, que aún hoy lamentan muchos habitués. El 28 de Junio de 1958 caía definitivamente la persiana del "Benigno", pero algunos al pasar por su vereda en La Rioja 2177, aún escuchan los ecos de algún tango, o las tacadas de billar allá en el fondo.

Ing. Manuel Vila

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Barrio en el Tango
Parque Patricios
Tango con letra y música de Oscar Arona

Cada esquina en este barrio es un recuerdo
de la mágica y risueña adolescencia.
Cada calle que descubre mi presencia
me está hablando de las cosas del ayer...
¡Viejo barrio!...Yo que vengo del asfalto
te prefiero con tus calles empedradas
y el hechizo de tus noches estrelladas
que en el centro no se sabe comprender.
¡Parque Patricios!...
Calles queridas,
hondas heridas
vengo a curar...


2ª. parte

Sonreís de mañanita
por los labios de las mozas
que en bandadas rumorosas
van camino del taller.
Sos romántico en las puertas
y en las ventanas con rejas
que se adornan de parejas
en el dulce atardecer;
te ponés triste y sombrío
cuando algún muchacho bueno
traga en silencio el veneno
que destila la traición,
¡y llorás amargamente
cuando en una musiquita
el alma de Milonguita
cruza el barrio en que nació!...


1ª parte (bis)

¡Viejo parque!...Yo no sé que airada racha
me alejó de aquella novia dulce y buena
que ahuyentaba de mi lado toda pena
con la magia incomparable de su amor...
Otros barrios marchitaron sus ensueños...
otros ojos y otras bocas me engañaron
el tesoro de ilusiones me robaron
¡y hoy mi vida encadenada está al dolor!..
También en el Bernasconi, el tango forma parte
de la historia.


"Bernasconi, escuela abierta", octubre de 2002.

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"Patricios, un claro emblema porteño"

"BERNASCONI, ESCUELA ABIERTA" entrevistó al profesor Rubén Camillozzi, Presidente del Ateneo de Estudios Históricos de Parque de los Patricios, Vicepresidente Segundo del Foro por la Memoria de Parque de los Patricios y Vocal de la Asociación Amigos del Museo del Instituto Félix Fernando Bernasconi. De ese modo, pudimos conocer aspectos esenciales que hacen a la historia de este barrio arquetípico de la Ciudad de Buenos Aires que acaba de cumplir su primer centenario.

¿Cuándo nació el Ateneo de Estudios Históricos de Parque de los Patricios?

Fue fundado el 11 de diciembre de 1970 por el arquitecto Luis Jesús Martín. Desde entonces se han llevado a cabo numerosas actividades con mucha pasión y esmero, entre las cuales podemos citar conferencias, congresos de Historia y la publicación de treinta y dos cuadernillos. Esto último ha sido producto de la importante contribución de grandes historiadores e intelectuales como el Padre Guillermo Furlong, Antonio Biedma, Aquinino González Podestá, Carlos Alfonsín, Enrique Puccia, Edgardo Rocca, Ítalo Cavallini, Germán Berdiales y Jorge Horat.

Además, tenemos el microprograma Parque de los Patricios, su geografía, su historia y sus costumbres, que conduce Susana Pagani y se emite desde hace casi tres años de lunes a viernes, de 10 a 10.15, en la FM 95.5 Radio Patricios.

La Institución funciona en el Instituto Félix Fernando Bernasconi. Forma parte de la Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde yo asesoro y soy miembro de la Comisión Revisora de Cuentas. Pero además nuestros equipos colaboran con el Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires.

¿Qué grado de adhesión ha recogido en la comunidad?

No nos podemos quejar porque desde nuestros orígenes hasta la fecha, los vecinos han acompañado nuestras propuestas, aunque somos conscientes de que la profunda crisis económica actual no incentiva precisamente la participación popular. Sin embargo, tal vez a causa de la idiosincrasia de los habitantes de Parque de los Patricios, el entusiasmo por el abordaje del pasado no ha dejado de sentirse. Se reflejó en los eventos vinculados con el Centenario del barrio que se llevaron a cabo en setiembre. Esto tiene un valor incalculable para nosotros. Apostamos con él a reforzar y enriquecer la ya vigorosa identidad de los vecinos de un barrio que es emblemático desde una multiplicidad de aspectos.

¿Cuáles son esos aspectos?

Estamos refiriéndonos a una zona de gran significación socioeconómica, histórico-política, cultural y deportiva. Podríamos afirmar sin ninguna duda que es un barrio pionero en muchos sentidos.
Pensemos en la cuestión económica y nos encontraremos con el enorme proceso de industrialización que aquí se ha dado desde los primeros años de existencia y que preanunció la futura industrialización de la Ciudad de Buenos Aires. Pero también detengámonos en la cantidad de establecimientos sanitarios públicos con que contamos: los Hospitales José María Penna, Juan Garraham, Braulio Udaondo, Francisco Javier Muñiz, el Complejo Churruca-Visca, la Maternidad Sardá y el CENARESO. Durante muchos años, el Hospital Militar, que estaba situado en Combate de los Pozos y Avenida Caseros, integró la estructura sanitaria del barrrio. Otro gran aspecto es el educativo. Sus orígenes datan de principios de siglo, con la "Obra de la Patria" del Perito Moreno, centrada en la atención de los niños carenciados y abandonados, tanto en el aprendizaje de conocimientos como en los servicios alimentarios, salud y hospedaje.

Tenía a su cargo cinco establecimientoos escolaresque componían el bloque de las denominadas " E s c u e l a s Patria", una de las cuales aún existe y se halla en el Barrio de Barracas. La "Obra" funcionaba en la quinta del Perito, en lo que hoy es el Instituto Félix Fernando Bernasconi, y con el correr de los años se trasladó al edificio de la sede del Patronato de la Infancia, del cual terminó formando parte.

La cultura tuvo sus más claras expresiones en la música popular ciudadana. Este barrio fue cuna del tango y albergó a dos autores de letras inolvidables: Cátulo Castillo y Enrique Santos Discépolo. La importancia de esta geografía hizo que Homero Manzi, que vivía en los límites entre Boedo y Parque de los Patricios, le dedicara páginas imborrables...

Pero también está la historia política de nuestro país...

Efectivamente, el marco histórico-político no puede dejarse de lado. Aquí, en estas tierras, tuvieron lugar la batalla por la federalización de Buenos Aires y la Semana Trágica de 1919 que tuvo a los trabajadores del los Talleres Vasena como principales protagonistas. Hubo otros acontecimientos, de menor importancia pero no por eso de escasa significación, como el fallecimiento de María Remedios Escalada, esposa del General San Martín, y las visitas que hacían el Brigadier General Juan Manuel de Rosas y el Almirante Brown a la casa del marino Tomás Espora, casado con la sobrina de Feliciano Chicana. Pero además de los Escalada y los Espora, otras familias célebres de la zona fueron los Navarrro Viola, Bunge y Lima. No nos olvidemos tampoco de mencionar que algunos historiados como el citado Guillermo Furlong sostuvieron que aquí se desarrolló gran parte de los episodios fundacionales de Buenos Aires.

Finalmente, es insoslayable hablar del tema deportivo. Parque de los Patricios tuvo vecinos importantes como el automovilista Juan Manuel Fangio y el boxeador Oscar "Ringo" Bonavena, y los sigue teniendo, como es el caso de Horacio Acavallo, otro ex boxeador. En el terreno futbolístico se destaca por la presencia del Club Huracán, de proyección nacional y uno de los más antiguos del país. Pero además hacen lo suyo los clubes Miriñaque y Pirañas.

Parque de los Patricios es todo un universo...

En cierto modo, sí. Un universo con estamentos sociales diferentes, pero dotados de un marcado sentido de pertenencia al barrio, sin problemas de identidad. A pesar de que se halla dividida en dos mitades, - una es la más habitada y numerosa, y la otra, una población compuesta más por galpones y fábricas que por personas, - está vigorosamente unida a todo aquello que se vincula con el abordaje histórico y de nuestras tradiciones.

Parque de los Patricios es un claro emblema porteño.

A.E.

"Bernasconi, escuela abierta", octubre de 2002

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