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Amores perros
Sugerencias para una lectura desde la problemática de la violencia
por Paula Marini


..."La ciudad de México es un experimento antropológico y yo me siento parte de él. Soy sólo uno de los veintiún millones que vivimos en la ciudad más grande y poblada del mundo. Ningún hombre en el pasado vivió (más bien sobrevivió) antes a una ciudad con semejantes niveles de contaminación, violencia y corrupción, sin embargo, ella es increíble y paradójicamente hermosa y fascinante, y eso es Amores perros: el fruto de esta contradicción".
Las palabras de Alejandro Iñarruti, director de Amores perros, son un buen punto de partida para señalar cómo esta película se centra en la ciudad y lo que allí sucede, describiendo los parámetros culturales de nuestra sociedad actual: violencia, desesperación, amor, gritos, soledad. Estos sentimientos pueden funcionar como un dispositivo que marca el desarrollo de los hechos en las tres historias que cruzarán el film.
Amores perros transcurre en una ciudad de México repleta de furia y hostilidad, donde la norma que rige es la del "todo vale", en el sentido de la supervivencia individual (robos, riñas de perros, trabajos por encargo, etc.).
La violencia aparece aquí como modo de relación, y aparece de la mano de la pasión, de la ambición o del poder, se manifiesta como sustrato cotidiano sobre el que los personajes construyen su subjetividad. Cualquier cosa puede pasar y en cualquier momento, esto significa desde una situación de violencia física hasta una traición o una mentira, sin promoverse en ningún momento referencias específicas a alguna franja etaria o clase social.
La violencia se presenta como moneda corriente en las historias que arman la película. Lo llamativo del film es que no hay sólo una sensación de enfocar el dolor o la violencia física (ya sea las escenas de las riñas de perros, del accidente o el maltrato corporal o verbal entre los personajes), sino que lo que aquí se nos presenta es la violencia que produce el malestar propio de la cultura.
Es esa "violenta" sensación que se produce al no poder obtener lo que deseo, y está presente en el fracaso o en el desamor que sufren cada uno de los personajes.
Los escritos freudianos hacen hincapié sobre esta problemática al plantear: ...la existencia del malestar como un hecho inherente al de vivir en la civilización, como un elemento propio de la cultura; el sufrimiento de origen social, aquel que deriva de las relaciones entre los seres humanos, es de todos el más difícil de soportar, en la medida que lo creemos inevitable..."(1)
Es así que Freud, en El malestar en la cultura, se pregunta: "¿Qué fines y propósitos de vida expresan los hombres en su propia conducta?, ¿qué esperan de la vida?, ¿qué pretenden alcanzar en ella? Es difícil equivocar la respuesta: aspiran a la felicidad, quieren llegar a ser felices, no quieren dejar de serlo. Esta aspiración tiene dos fases: un fin positivo y otro negativo. Por un lado, evitar el dolor y el displacer; por el otro, experimentar intensas sensaciones placenteras..."(2) . Sin embargo, Freud nos advierte que ...no ha entrado en el programa de la creación el propósito de que el hombre sea feliz.."(3)
Creemos que la idea de malestar es central en la película ya que nos habilita las preguntas: ¿Cómo alcanzar la felicidad al mismo tiempo que hacerle frente a las exigencias culturales? ¿Cómo convivir con el horror y lo hermoso que tiene la vida? ¿Cómo soportar la decadencia de nuestro propio cuerpo? ¿Cómo regular las relaciones humanas en la familia, el Estado o la sociedad?
Asimismo, Freud se pregunta: "¿A qué recursos apela la cultura para coartar la agresión que le es antagónica, para hacerla inofensiva y quizá para eliminarla?"
Estas preguntas parecieran ser abordadas por el director cuando habla de las paradojas de vivir en la ciudad de México. Estas mismas paradojas son las que se dan en la Cultura, que por un lado intenta proteger al hombre de las agresiones de la naturaleza y de regular las relaciones entre sí y, por otro lado, la cultura es la que mortifica al hombre, en tanto le impone renunciar a sus tendencias más agresivas, a su egoísmo, imponiendo de este modo que "no todo es posible".
En otras palabras, la cultura domina la peligrosa inclinación agresiva del individuo, debilitándolo a éste, desarmándolo y haciéndolo alertar a través de una demanda residente en su interior, que el psicoanálisis calificará como sentimiento de culpabilidad. Todo el tiempo nos sentimos culpables, más allá -agrega esta teoría- de haber perseguido o no satisfacciones culturales vedadas por la propia cultura, aún existe la "culpa" en el pensamiento de ese mal.
Igualmente el hombre, no puede prescindir de ella, cosa que sí pueden hacer los animales (quizás aquí valdría la pena pensar que el perro podría ser una excepción, ya que representa a uno de los animales más domesticados por el hombre). De no ser así se volvería totalmente indefenso: el ser humano necesita de la asistencia, del amor y del deseo del otro para poder vivir, en tanto sólo se es algo si se existe para Otro.
Esta desazón, este dolor, esta imposibilidad es lo que aparece de forma continua en la trama del film, terminando muchas veces en violencia ejercida o violencia padecida, como decíamos anteriormente.
Cada historia permite abordar el malestar de la civilización desde diversas entradas. La primera historia presentada nos habla de Octavio, un joven adolescente que se enamora de la esposa de su hermano, apenas más grande que él.
Es pertinente aquí citar a Freud: "Jamás nos hallamos más a merced del sufrimiento como cuando amamos; jamás somos tan desesperadamente infelices como cuando hemos perdido el objeto amado a su amor..."(4)
Tomamos estos escritos y relacionamos el sufrimiento que le provoca a Octavio el rechazo de la joven de la cual se enamora, quien a su vez es maltratada por quien ella ama. El desencuentro amoroso se hace inevitable en esta situación. Igualmente, y a pesar de este impedimento, pareciera que el personaje ronda alrededor de la siguiente pregunta: ¿acaso no suponemos que para poder disfrutar de las relaciones amorosas debe latir la amenaza de su posible desaparición? De modo que intenta todo lo que tiene a su alcance para poder conseguir el amor de su cuñada, hasta pensar que la muerte de su hermano representa un terreno libre para hacerle frente a su dificultad, situación que igualmente no le permitirá un pleno bienestar.
La segunda historia presenta la relación entre Valeria y Daniel, personas exitosas que responden a los modelos de belleza estigmatizados hoy en día en nuestras sociedades. Estos personajes están atravesados por la atención y el cuidado de uno mismo y la búsqueda de la felicidad individual, valores presentes en las condiciones de vida postcapitalista. Estos valores están en sintonía con la lógica del consumo y la calidad de vida, reuniendo preocupaciones que van desde la dietética, la urbanidad, la erótica, la planificación del ocio o la decoración de los interiores. Estos personajes están dispuestos a disfrutar de su amor (Daniel deja a su familia para empezar una nueva vida con Valeria). A diferencia de lo que sucede en la anterior historia, aquí sólo resta el complacerse. Un suceso externo al devenir de sus vidas generará un quiebre respecto a estos discursos, en apariencia prometedores de felicidad eterna, e instalará el sufrimiento presente en sus mismos límites. Y más allá de estar juntos no podrán reestablecer la relación por la fisura que les produjo a ambos las circunstancias que debe enfrentar Valeria (su accidente) quien en ningún momento puede pensar en su recuperación. El pasado no permite a Valeria habitar el presente de un modo diferente y asumir su nuevo contexto (situación que podemos imaginar en las escenas donde no soporta mirar la propaganda del perfume que la tenía como protagonista).
Freud señala: "No podemos eludir la impresión de que el hombre suele aplicar cánones falsos en sus apreciaciones mientras anhela para sí y admira en los demás el poderío, el éxito y la riqueza menosprecia en cambio valores genuinos que la vida ofrece..."(5)
En la última historia se presenta el "Chivo", un ex guerrillero que se gana la vida juntando basura de la calle a la vez que como asesino a sueldo. Vive rodeado de perros, en los únicos que pareciera confiar. Su pasado representa un gran peso para él, su elección hizo que perdiera el contacto cotidiano con su hija y todo lo relacionado a ello, situación que lo lleva a intentar la posibilidad de habitar una actualidad diferente. El personaje está perseguido por una idea: tratar de reencontrarse con su hija, y "transmitirle" lo que lo llevó a hacer lo que hizo, y mostrarle lo que hoy es, más allá de esperar o no a ser aprobado (escena en que él le habla a través del contestador telefónico).
... "No nos asombra que el ser humano ya se estime feliz por el mero hecho de haber escapado a la desgracia, de haber sobrevivido al sufrimiento..."(6)
Creemos aquí la cita freudiana pertinente en cuanto que este personaje está representado como un ser carente de todo y, sin embargo, está tratando de hacer lo que le permita estar bien. De este modo, resulta interesante la escena en que deja a los dos personajes enfrentados en su propio odio -uno de ellos lo había contratado para que mate al otro- para que resuelvan por sí mismos como desafiarse, mediante insultos, a golpes o con la muerte. A pesar de todas sus miserias, hay algo de satisfacción en su vida.
De este modo, a lo largo de las tres escenas que forman el film, vemos cómo la búsqueda del goce y el evitamiento del dolor se contrarrestan: quien desea el goce es vulnerable a los sufrimientos, y el que ante todo quiere ahorrarse el dolor se priva del goce.
Así, la metáfora con la que pareciera intentar jugar el director es la relación que desde lo cotidiano se hace entre una vida de perros y los amores perros, donde lo central sería la idea de desconsuelo, de angustia, de los inconvenientes que nos plantea el amor y donde la insinuación a los perros resulta interesante, en tanto imagen de los personajes cuya única opción es mirar el devenir de las acciones. La ciudad se les impone y nada parece modificar el status quo. Las historias, como los perros, allí se cruzarán.
Consecutivamente vemos amores equivocados, en tiempos diferentes, que generarán muerte, destrucción, agonía. Además, los personajes están ligados a enfrentar situaciones con estos animales a los que aman como personas: Octavio llevando a su perro cuando le pegan un tiro en la riña, Valeria enloqueciendo por encontrar a su perra que cree que se la comen las ratas y no haciendo otra cosa que buscarla todo el día, las apariciones del Chivo en las que se encuentra en su casa con la única compañía de sus perros y el momento en que el más fuerte se come a todos.
El mundo, en el que vivimos o sobrevivimos, no es sin violencia, razón no menor que lleva a estos personajes a intentar subvertir su realidad. Y aunque cada uno fracasa en su búsqueda liberadora, de igual modo insiste en esa búsqueda.
"La existencia humana constituye un fardo que hay que sobrellevar", advirtió Freud hace más de un siglo. La pregunta del millón es si algún día se logra un equilibrio o bien si se trata de un conflicto irresoluble.

[1] Idea trabajada por Catherine Milllot (1993), "Freud antipedagogo". Paidos. (Pág. 142) Subir
[2] Freud Sigmund (1981): "El Malestar en la cultura". Obras Completas. Lopez Ballesteros. Subir
[3] Ibídem. Subir
[4] Ibídem. Subir
[5] Ibídem. Subir
[6] Ibídem. Subir

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