Sitios de Interés Cultural

Iglesia Inmaculada Concepción – “La Redonda”

Iglesia Inmaculada Concepción – “La Redonda”
Iglesia Inmaculada Concepción – “La Redonda”

Iglesia Inmaculada Concepción – “La Redonda”
Iglesia Inmaculada Concepción – “La Redonda” - Interior
Año de Declaración: 2004
Sitio: Iglesia Inmaculada Concepción – “La Redonda”
Dirección: Vuelta de Obligado y Juramento
Norma:  Resolución 405/2004 – 21/10/2004
Texto de la Placa: "Iglesia de la Inmaculada Concepción. Declarada Sitio de Interés Cultural por su gran valor patrimonial e histórico para el barrio de Belgrano. Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires"

Historia: Los antecedentes de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, también conocida como “La Redonda”, deben remontarse a mediados del siglo XIX cuando el lugar (Belgrano) contaba solo con una pequeña capilla, situada en la actual esquina de 11 de Septiembre y La Pampa. Luego, en 1860, monseñor Mariano José de Escalada, primer arzobispo porteño, creó la Parroquia de Belgrano, surgiendo entonces la necesidad de que la zona contara con un templo acorde con su creciente importancia. La iglesia actual fue comenzada por Nicolás Canale. Al morir éste, la obra quedó en manos de su hijo José y en la última etapa también intervino el arquitecto Juan Antonio Buschiazzo. Las nacionalidades de los arquitectos (italianos) se tradujeron en la adopción, para el templo, de las últimas expresiones del Renacimiento italiano, que agregaron a su fisonomía externa líneas inspiradas en el Panteón de Roma. La magnífica cúpula semiesférica llega casi a los 40 metros de altura y es similar a la de la catedral de San Carlos en Milán. Su interior impresiona por al ámbito central circular, enmarcado por sus 14 columnas de mármol blanco colocadas de a pares. El remate superior lo conforma una bóveda celeste de pintura que la luz muy atenuada torna sugestivo. A uno de los costados del templo se encuentra uno de los lugares emblemáticos de la ficción argentina, “... ese curioso rincón de Buenos Aires, formado por una fila de viejas casas de dos pisos, tangentes al círculo de la Iglesia”, donde se hallaba el departamento que “era meramente un pasaje hacia otra parte”, según el atormentado personaje creado por Ernesto Sábato, quien por allí penetra al mundo de los ciegos en “Sobre héroes y tumbas”.