La alegría que desborda la banda, la música interpretada por diminutos muñecos, los tigres, el mono con su tristeza, los malabaristas, hacen de este maravilloso circo liliputiense un espectáculo que despierta los sentidos y la imaginación, y estimula el amor por los animales.
Las marionetas de Humberto Rivas y la creación literaria de Betty Osorio se unieron para revivir el espíritu circense.