Cultura

Carlos Szwarcer

Entrevista con Carlos Szwarcer, compilador de "Buenos Aires Sefaradí"

¿De qué se trata Buenos Aires Sefaradí y cuál es su importancia para el patrimonio cultural de la Ciudad?

Las Jornadas Buenos Aires Sefaradí tuvieron origen en un proyecto iniciado entre la Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural y la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico del Ministerio de Cultura de la Ciudad, como parte de la organización de las actividades dedicadas a la divulgación  de los aportes de las diferentes colectividades. La investigación y difusión de todo el patrimonio cultural de Buenos Aires es importante y en especial el despliegue de las particularidades de la cultura sefaradí en la ciudad ha sido una interesante contribución para el mejor conocimiento de una idiosincrasia tan marcada por la pluralidad.

¿Cuáles son los aspectos más positivos que se pueden rescatar de las Jornadas que dieron origen al libro?

La tarea de coordinar la Jornada que se desarrolló en la Manzana de las Luces y luego la de compilar las ponencias y actividades que en ella se organizaron, fue una tarea ardua y sumamente gratificante. Fueron doce horas que vigorizaron el espíritu. Rescato el hecho de que se haya presentado la sapiencia y la experiencia de vida de nuestros mayores en una atmósfera casi mágica con la vital expresión de la cultura popular "in situ", junto a la metodología de los especialistas.

No faltaron temas que impusieron momentos de una profunda reflexión, así como la alegría de la música o los aromas de la gastronomía. Si a esto le sumamos la  presencia de la juventud, como parte de los proyectos de la preservación del patrimonio cultural, a través de metodologías como la Historia Oral, ha sido, desde todo punto de vista, un evento sumamente enriquecedor en un espacio común  a toda la ciudad, y que mostró el sumo interés que despertó en un público llamativamente heterogéneo.

¿Cómo considera que se desarrolla la cultura judeo-sefaradí en la Ciudad?

La llegada de los sefaradíes a estas tierras, prácticamente desde el origen mismo de la fundación de la ciudad, y a través de las oleadas inmigratorias de fines del siglo XIX y la primera parte del XX, ha tenido, en general, un carácter de rápida inserción y adaptación a la sociedad porteña. En el marco de costumbres llegadas de lugares muy distintos y lejanos, sin embargo, uno de los datos a tener en cuenta es que gran parte de estos grupos hablaban en djudesmo, el antiguo español, que conservaron aún cinco siglos después de la expulsión de la Península Ibérica.

Poder entenderse con la población local sin mayores dificultades, sin duda, permitió una sencilla y poco traumática relación con sus vecinos en cada uno de los barrios en los que se asentaron.  Como otros grupos migratorios, fueron fundando sus instituciones, abriendo sus lugares de culto y, conservando fuertemente sus tradiciones, se adaptaron perfectamente al medio, crecieron y se desarrollaron en todas los ámbitos con presencia en lo comercial, profesional, artístico, etc.

¿Cómo considera los mecanismos de preservación de esta cultura?

La vasta cultura judeo-sefaradí que exhibe  un amplio y rico abanico de costumbres se encuentra, como la del resto de las colectividades, frente a un gran desafío: preservar su identidad dentro de la problemática cultural que impone el  proceso histórico de la globalización. En este sentido se observa que, luego de algunos años de cierto “quietismo” y  ante el peligro de una gradual pérdida de las tradiciones, hay una clara intención de defender la identidad. La realidad ha mostrado la necesidad de una mayor participación en la acción de preservación de la cultura.

Las nuevas generaciones asumen la exigencia de rescatar su rica cultura, lengua, canciones, dichos, refranes, en fin, sus múltiples expresiones cotidianas. Se recogen testimonios, historias y anécdotas de los mayores y ancianos. Se escribe y se da a conocer las propias vivencias de la niñez. Se percibe una reacción, un movimiento, muchas veces de individuos, antes que de las propias instituciones, a modo de voluntades que tomaron conciencia del peligro que existe de una pérdida irremediable.

Este es el  gran desafío de estos tiempos. Lo sefaradíes de Buenos Aires se están esforzando por conservar su patrimonio en el contexto de la globalización mencionada y dentro de la  diversidad propia de esta particular metrópoli.

 

 

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