Mejor sin plástico

El plástico es uno de los residuos que tardan más tiempo en degradarse y, por su liviandad, suele flotar en cursos de agua para luego transformarse en microplásticos que la fauna confunde con su alimento. Además, tapan sumideros y pluviales.

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En 2018, la Ciudad generó 7.328 toneladas diarias de residuos sólidos urbanos de las cuales 2.300 toneladas son residuos de construcción y aproximadamente un 12,6% de las 5 mil toneladas restantes corresponden a residuos plásticos identificables, lo que es equivalente a 227 mil toneladas al año.

Es decir, en la Ciudad de Buenos Aires se consume y descarta 78 kilos por persona, el doble de kilos que en el resto del país.

Estos materiales de único uso suelen ser descartados rápidamente, muchas veces en lugares inadecuados con el posterior impacto negativo en la infraestructura urbana como en los ambientes naturales que se encuentran en la ciudad.

El plástico, al ser un material volátil y liviano, pero durable en el tiempo, puede escapar fácilmente a la gestión de los residuos y afectar de manera persistente a la infraestructura tapando desagües y pluviales para finalizar en el Río de Plata.

Ante esta realidad, ya se ha prohibido en el ámbito de la Ciudad del Buenos Aires la entrega de bolsas de un solo uso y de sorbetes plásticos.