Viernes 21 de Octubre de 2016

Vivero de la Ciudad: una novedosa cúpula cuida el crecimiento de árboles

Estará en funcionamiento a partir de diciembre y se espera que la producción alcance un total de entre 10 mil y 12 mil ejemplares.

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En el Vivero de la Ciudad se colocó un domo (viene del francés de dóme: techo redondo o cúpula) que es un novedoso lugar donde crecerán especies autóctonas de árboles para proveer a todos los barrios. Se espera que la producción alcance un total de entre 10 mil y 12 mil ejemplares.

Estará en funcionamiento a partir de diciembre y en este domo geodésico se plantarán los árboles que luego abastecerán a las 15 Comunas porteñas.

La elección de la estructura se justifica en sus numerosas ventajas, que van desde el bajo costo de instalación hasta los beneficios que propicia para producir especies autóctonas.

“El beneficio principal es que desde su siembra hasta que esté en condiciones de ser trasladado a la calle, el árbol permanecerá adentro del domo”, destacó Adrián Peña, gerente operativo de Mantenimiento del Arbolado de Buenos Aires.

Ventajas principales:

  • Por su aerodinamismo, tiene un excelente comportamiento y estabilidad ante fuertes vientos.

  • Requiere una menor cantidad materiales de construcción, comparada con las viviendas tradicionales, por lo que genera un notable ahorro de tiempo y dinero.

  • Necesita menos material para su aislamiento, permitiendo que el sistema de calefacción sea más económico.

  • Es la estructura ideal para la producción de especies autóctonas de árboles, como el lapacho y el jacarandá.

El proceso para la puesta en funcionamiento del domo consta de dos etapas. La primera, que ya finalizó, consiste en su adquisición y colocación. La segunda implica la pintura, iluminación y acondicionamiento.

El propio Peña analizó la concreción del proyecto: “El beneficio principal es que desde su siembra hasta que esté en condiciones de ser trasladado a la calle, el árbol permanecerá adentro del domo”.



Historial del Vivero de la Ciudad

Fue creado en 1917 con el exclusivo fin de ornamentar poblando de árboles y flores los espacios verdes, el Vivero hoy en día constituye un espacio natural único en la ciudad, ubicado al noroeste del Parque en una extensión de 6 hectáreas.



En 1917, las autoridades entendieron la importancia de la parquización y crearon el vivero que hoy se encuentra en el sector noroeste del Parque Avellaneda.



El objetivo era claro: el Vivero produciría los árboles y las flores que ornamentarían los espacios verdes de la Ciudad.

En lo que fue su primer invernáculo, ahora se producen coníferas y palmeras que, a los seis meses, pasan a la zona de vidrieras. Allí, en esos canteros con árboles en crecimiento, enfrentan a las primeras inclemencias climáticas, siempre al cuidado de los viveristas, quienes a través de su trabajo minucioso y apasionado protegen, riegan y controlan día tras día el crecimiento de los distintos ejemplares.

Cuando las plantas crecen y ganan fuerzas, ya están preparadas para vivir en distintos ambientes de la Ciudad.