Ana Gallardo se formó artísticamente entre Buenos Aires y México D.F. Desde hace varios años expone internacionalmente y, en 2015, participó en la 56° Bienal Internacional de Venecia. A lo largo de su carrera gestionó proyectos de apoyo a la formación y visibilidad de artistas jóvenes argentinos.
La exhibición que tiene lugar en el Moderno se destaca por ser una obra que, mediante la utilización de recursos modestos, logra un máximo de pertinencia, urgencia y relevancia artística y social.
Gallardo relata historias de vida a través de las cuales indaga sobre las condiciones de marginación en la Latinoamérica contemporánea. Crea dibujos y proyectos participativos que elaboran una denuncia, a veces tácita y a veces explícita: su arte llama la atención sobre procesos de transformación personales que acontecen en el hilo de la vulnerabilidad y sobre procesos sociales de abandono e indiferencia en micro-sociedades que la artista, tenaz y humildemente, busca transformar.
Su proyecto, Un lugar para vivir cuando seamos viejos -expuesto en la sala del segundo subsuelo del Museo, y que da nombre a esta exposición- intenta postular la vejez como una etapa de realización personal. En ese sentido, la exhibición contempla una multitud de acciones que permitirían concebir un espacio, no necesariamente físico sino más bien simbólico, en el cual, iluminada por la sabiduría de sus mayores, la artista logre la plenitud de la vejez, tan rica y brillante como cualquier otro período de la vida.
