Su mirada lo dice todo: su vida está marcada por el dolor pero también por un profundo amor y una enorme valentía. Rosa Catalina Chevez Abanca, peruana radicada en Argentina hace más de 20 años, es mamá de Julio Ugas, un chico -hoy no tan chico- que nació con discapacidad mental. Su desgarradora vivencia, en una época en la que abundaba el desconocimiento sobre cómo tratar la enfermedad y brillaban por su ausencia algunos derechos para quienes padecían ese tipo de patologías, la impulsaron a trabajar por esa causa. Y lo logró. Pero su labor continúa.
Hace 18 años fundó la Asociación Civil "Juntos por el Futuro de los Niños y Adolescentes con Discapacidad Mental", con un grupo de mamás preocupadas porque el sistema educativo no incluía a los chicos con capacidades diferentes. La iniciativa, que empezó en Caballito, actualmente funciona en la manzana 2 del barrio Playón de Chacarita, donde brinda talleres recreativos y un espacio con atención integral no sólo para estos niños sino también para sus familias, a quienes asesora y ayuda.
En esa salita se ríe, se aprende y se juega. "Trabajamos con el calendario del año y, entre juegos, vamos enseñándoles a los chicos a respetarse a sí mismos y a los demás. Además les brindamos apoyo escolar y la merienda, que Julio mismo nos ayuda a preparar", contó Chevez Abanca.
Otro de sus grandes méritos es la incorporación de la atención domiciliaria para estas personas en la Ley de Discapacidad (L. 24901), y su incansable participación política a través del "Colectivo 448", para lograr la sanción y el cumplimiento de la Ley Nacional de Salud Mental (L. 26657). La misma, establece a estos pacientes como sujetos con derecho a recibir atención médica integral y humanitaria, a conocer y preservar su identidad y a ser informados de los procedimientos médicos a los que son sometidos, entre otras garantías que años atrás no se cumplían.
"Mi sueño más grande es ver que todos los chicos sean integrados". Rosa Catalina Chevez Abanca.
A través de la asociación, también dirige un ciclo de charlas sobre el tema para los vecinos del barrio, que el año pasado contó con el apoyo y la participación de la Comisión para la Plena Participación e Inclusión de las Personas con Discapacidad (COPIDIS).
"Yo me siento satisfecha porque todas las luchas que he dado, quizás con muchas lágrimas y cansancio, pude ir ganándolas, como el derecho a la identidad, a la radicación, a la educación y a los tratamientos dignos. Pero no es que lo consiguió Julio Ugas para Catalina Chevez sino para toda la sociedad", concluye, emocionada.
