Lunes 08 de Enero de 2018

Moreno 550. Relevancia contextual del sitio, y la necesidad de preservar el patrimonio arqueológico en el Casco Histórico porteño

El Centro histórico de Buenos Aires, conforma un gran yacimiento bajo sus baldosas, quinientos años de historia esperan ser descubiertos muchas veces debajo de muchas de esas construcciones que hoy apreciamos al transitar estas calles.

Compartir en Redes

La arqueología no solo estudia objetos y construcciones, la finalidad de la disciplina es recrear procesos, aspectos sociales y económicos que subyacen en las elecciones técnicas, funcionales, o bien de status de cada pieza.

La arqueología nos permite conocer aspectos de la vida cotidiana del pasado, no solo se trata de recolectar y encuadrar en tipologías los materiales hallados, el fin último es a partir de ellos, inferir y conocer cómo vivía la gente en otros momentos.

El antiguo Casco histórico de la ciudad, en consecuencia guarda todo ese bagaje de información, lo cual en nosotros como mediadores de lo público, nos genera la obligación de bregar por su preservación.

El sitio Moreno 550, se encuadra dentro de un contexto espacial y temporal que guarda relación con las ocupaciones tempranas de la hispanidad en esta región. Se encuentra a solo 300 metros de la antigua Plaza Mayor, enfrente de la Manzana de las Luces, lindera medianera de por medio al Sitio Bolívar 372 “Ex Pasaje Belgrano”, en el cual la arqueología ya evidenció el potencial de información que descansa bajo el suelo y que hoy, por adecuadas iniciativas de propietarios y constructoras pueden ser apreciables por todos nosotros. La ubicación estratégica, se ve además reforzada por las historias que se conocen, transcurrieron en esta casona. Los comienzos del siglo XIX despertaron con la Familia Ezcurra como propietarios, y donde Juan Manuel de Rosas ocupó como sede gubernamental desde 1830 y 1832, y entre 1835 y 1838 cuando las instalaciones del fuerte se tornaron poco funcionales. Luego de la caída del “restaurador de las leyes”, fue residencia de los gobernadores, y tras la federalización de la Provincia de Buenos Aires, el edificio fue ocupado por el Correos y Telégrafos. Finalmente los hermanos Raggio adquirieron la finca y demuelen la casona para construir en parte del antiguo lote el palacio homónimo, y que recientemente fue remodelado integralmente. El resto del lote corrió caminos diversos, con construcciones ajenas a la de los Raggio una de las cuales hasta épocas recientes ocupara un playón de estacionamiento al aire libre y que tras su cierre, la ejecución de nuevos proyectos nos alarmaron acerca de la posibilidad que bajo ese suelo pudieran recuperarse información sobre las antiguas construcciones que allí se levantaron.

La irrupción de esta cisterna y de vastos restos de cimientos y muros de antiguas edificaciones, nos coloca no solo en la obligación de bregar por la preservación arqueológica de este y de todos los potenciales sitios en el marco no del cumplimiento de la ley sino de la protección del patrimonio de Buenos Aires.

Por Ricardo Orsini