Ya no son buenas historias que sólo se escuchan y se imaginan con la oreja pegada al dial. Ahora esas buenas historias se ven, por obra y gracia de la mutación tecnológica que obliga (a los medios de comunicación, fundamentalmente) a estar siempre un "paso más allá", en busca de lo "último y novedoso".
Y en eso andan las radios públicas de la Ciudad, La Once Diez y La 2x4, que mantienen activos y con muchas visitas sus respectivos canales en la concurrida plataforma de videos de Youtube.
Los programas de La Once Diez y La 2x4 ahora se escuchan y también se ven.
Los susurros se reflejan al detalle, "desnudan infidencias" que (al menos visualmente) solían guardarse bajo siete llaves, admiten en los amplios estudios de transmisión de La Once Diez.
A uno de los columnistas matutinos, Santiago Dapelo, no le queda otra que vestirse de ocasión porque sabe él y saben los suyos que ya no alcanza con impostar la buena voz que tiene para "hacer la diferencia" ante los oyentes. Hoy hay hay que peinarse, sonreír y, de paso, igual que antes, decir (mirando la cámara, por supuesto) "las mismas cosas inteligentes".
Pasa lo mismo en La 2x4. Clásico entre los clásicos, el histórico conductor Marcelo Guaita se divierte con el "nuevo chiche tecnológico" que le permite codearse con "lo nuevo" y de paso zambullirse de cabeza hacia el arte cibernético.
Ahí se lo ve, casi de madrugada, en el comienzo del día, a Ignacio Riverol "monologando" sobre la realidad de la Ciudad, con un aparatito que le hace marca personal en una mesa llena de diarios y de borradores de la producción. Y en la vuelta a la casa, el encargado de hacerle un guiño a la luz encendida es Luis Formento, a quien le divierte como a pocos este nuevo jueguito de "hablar y al mismo tiempo verse".
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