Viernes 17 de Febrero de 2017

Henri Cartier-Bresson: La importancia de una obra

La muestra de Henri-Cartier Bresson impacta por el estilo único del autor y la significación de sus imágenes.

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A través de su mirada, fluyen el inconsciente y el fugaz instante decisivo de una mirada, de un hecho, de un instante. Sin palabrería ni adornos, a base de instinto, generosidad y pulso de cirujano, Cartier Bresson patentó un estilo que habría de influir en la producción fotográfica y periodística del siglo XX. Equipado con su genio para la composición y su gusto por los matices, se movió con igual facilidad en lo íntimo y lo colectivo, del primer plano al paisaje baldío, en la sensualidad de una cama vacía y el estallido de una rebelión. Trabajó apenas cuatro décadas, pero siguiendo su lema “ver es un todo” narró como nadie, en su blanco y negro nítido de grises y sombras, los dramas y las ilusiones de un período en la historia de la humanidad. Su método era encontrar el “momento decisivo”: perseguir pacientemente el motivo hasta que se produzca el acuerdo entre forma y contenido. “La fotografía debe captar este momento y retener inmóvil el equilibrio del conjunto”, definió con simpleza.

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