Miércoles 05 de Febrero de 2014

La Ciudad sale a combatir el mal olor de los contenedores

Se utiliza un polvo especialmente preparado para absorber el mal olor que se genera dentro de los contenedores.

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El Gobierno porteño contrató un servicio de desodorización para eliminar los olores que se potencian con las altas temperaturas y la acumulación de residuos que no se sacan en horario. La empresa Coldan S.A. presta el servicio desde agosto de 2013, en dos zonas de la ciudad de Buenos Aires, y lo ampliará una vez que se termine la contenerización en la capital.

Se trata de un polvo especialmente preparado para absorber los lixiviados (principal causa del mal olor) que se generan dentro de los contenedores de metal de 3200 litros. Los lixiviados son líquidos que se producen por la disolución de uno o más compuestos de los residuos sólidos urbanos en contacto con el agua, o por la propia dinámica de descomposición de la basura. El polvo esparcido absorbe esos líquidos, e instantáneamente se elimina el mal olor. Los restos del producto son vertidos al día siguiente por el camión recolector de residuos.

Actualmente, el servicio se presta en los barrios de Retiro, San Nicolás, Montserrat, Puerto Madero, San Telmo, Constitución, Recoleta, Palermo, Belgrano, Colegiales y Núñez. Estas zonas tiene contenedores de 3200 litros, de carga lateral, que permiten este servicio.

Coldan S.A. ofrece un servicio de cinco cuadrillas que salen en camionetas a recorrer las zonas con un chofer, un relevador y tres operarios cada una. Ellos descargan el producto dentro de los contenedores (utilizando mamelucos con bandas reflectoras y guantes) y limpian la estructura externa con un líquido especial que provee la misma empresa. En cada contenedor se vierte alrededor de un kilo y medio del producto.

Por su parte, el relevador lleva adelante un registro con las direcciones de los contenedores desodorizados y el estado de los mismos.

Estas cuadrillas salen los siete días de la semana, de 21 a 6 (y en el turno matutino que es de 6 a 11). A medida que se vacía el contenedor, se vierte el polvo en los contenedores vacíos. Cada contenedor recibe un servicio de desodorización por semana, y en zonas con mayor cantidad de residuos como en las gastronómicas, los contenedores reciben el servicio hasta tres veces por semana.

Los productos utilizados son naturales, sin aditivos químicos y formulados por una combinación de minerales (secantes), aceites esenciales y componentes naturales de una cuidada molienda, propiciando de esta manera la absorción de los líquidos.

Las moléculas de polvo actúan incrementando su tamaño en 100 veces, absorbiendo los líquidos lixiviados (también absorben hicrocarburo y metales pesados) para eliminar entre 3 segundos a 1 minuto el mal olor. El polvo tiene un color blanco/cremita y un aroma neutro.