Jueves 02 de Junio de 2016

El desafío frente al Cambio Climático

Se necesita trabajar con políticas a largo plazo sobre la generación de energía, el diseño de la ciudad y sus edificios, el sistema de gestión de residuos y el sistema de trasporte. Buenos Aires tiene un alto nivel de compromiso.

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El aumento de las temperaturas, las lluvias y sudestadas cada vez más frecuentes y la aparición de enfermedades de emergencia (como la expansión del dengue por la “tropicalización” del clima) son algunos de los efectos del cambio climático que vienen golpeando a la Ciudad de Buenos Aires en los últimos quince años.

Una de las principales causas que provocan el cambio climático es el aumento de las emisiones de carbono en las atmósfera, donde las ciudades tienen un rol fundamental ya que emiten entre el 60 y el 80%.



En este desafío que enfrenta la humanidad entera, la forma de vida urbana, el uso de la energía, el transporte y el consumo son algunos de los ejes que las sociedades necesitan replantearse. Para esto se necesita trabajar con políticas a largo plazo sobre la generación de energía, el diseño de la ciudad y sus edificios, el sistema de gestión de residuos y el sistema de trasporte.

En este sentido, Buenos Aires tiene un alto nivel de compromiso en la lucha contra el cambio climático, y viene desarrollando políticas de mitigación y adaptación. No es casual que en 2014 fue reconocida por el C40 como una de las diez ciudades del mundo que más ha trabajado para contrarrestar los efectos del cambio climático.

Según datos obtenidos del inventario del 2013 confeccionado por la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires, se determinó que del total de las emisiones de carbono que emitió la Ciudad durante ese año, el sector energético fue el responsable del 58%, seguido por Transporte con un 28% y por último el sector de Residuos con un 14%.



Y, ¿qué podemos hacer para luchar contra este fenómeno mundial? El consumo de energía es el mayor responsable de la cantidad de GEIs que emite la Ciudad a la atmósfera. En este sentido, hace unos años, se comenzó a medir su consumo en los edificios gubernamentales –logrando ya un ahorro del 23% en 14 edificios-, se incorporó tecnología LED en el alumbrado público -lo que permite ahorrar la energía eléctrica en un 50%- y se comenzó a promover la utilización de energías renovables, como la que se obtiene a través de paneles solares, y la construcción eficiente, como las terrazas verdes, que ya son una realidad en distintos puntos de la ciudad.

A su vez, en lo últimos años se viene fortaleciendo el transporte público a través del Plan de Movilidad Sustentable, que entre otras cosas, incluye la extensión del Metrobus y la red de Subterráneos, la peatonalización de microcentro, el desaliento del uso del automóvil particular y la promoción de la bicicleta.

En cuanto a la gestión de los residuos, se viene trabajando en una sólida política de reciclaje y tratamiento de las 6000 toneladas de residuos que se generan todos los días en la ciudad, cuyos resultados están a la vista: en los últimos tres años la ciudad logró disminuir en un 50% los residuos que se entierran en el relleno sanitario.

El cambio climático es el mayor desafío ambiental que enfrenta hoy la humanidad y tanto los países como las ciudades deben dar respuestas.