La Ciudad cuenta con 29 establecimientos que ayudan a dejar de fumar

El Programa de Prevención y Control del Tabaquismo está orientado a disminuir la prevalencia del tabaquismo en el área de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Para ello, desde el Ministerio de Salud porteño se trabaja sobre un conjunto de aspectos vinculados a las siguientes áreas:

Promoción de un estilo de vida saludable sin tabaco, articulado con el área de salud escolar.
Promoción de espacios libres de humo.
Fortalecimiento de los servicios de tratamiento de tabaquismo que funcionan en los hospitales del sistema.
Realización de actividades de prevención del tabaquismo (talleres abiertos a la comunidad, actividades en escuelas, actividades en el día internacional del aire puro, etc).

Este programa tiene como objetivos primarios:

Optimizar los recursos para el control del tabaco en el territorio del GCBA.
Desarrollar y promover la interacción de los hospitales del GCBA, centros de salud y comunidad del territorio para lograr que los habitantes de la ciudad adquieran hábitos saludables de vida.
Cubrir la demanda de cesación tabáquica de las personas que se atienden en la ciudad de Buenos Aires.
Optimizar el recurso humano y físico con que cuentan los hospitales del GCBA.
Garantizar la universalidad y el libre acceso de la atención.
Asesorar a quien lo requiera sobre temas de Control del Tabaquismo.
Proteger a la población del HAT (Humo ambiental de tabaco).
Monitorear el cumplimiento de la ley 1799/05.
Llegar a la instancia de una Buenos Aires 100% libre de HAT *(Humo ambiental de tabaco), (OMS).

Dejar de fumar genera beneficios importantes para la salud del fumador y la de los que lo rodean.

Algunas mejoras en la salud son inmediatas:

A los 20 minutos, la presión arterial y la frecuencia cardíaca regresan a sus niveles normales.
A las 8 horas, la respiración es más profunda y hay una mejor oxigenación pulmonar.
A partir de las 48 horas, se normalizan los sentidos del gusto y el olfato.
A las 72 horas, se normaliza la función respiratoria.

Otras se dan progresivamente:

A los 6 meses, se reducen los catarros, los resfríos, las bronquitis y las molestias de garganta.
1 año después: se reduce a la mitad el riesgo de infarto y es menor el riesgo de trombosis o embolias cerebrales.
3 o 4 años después: el riesgo de padecer enfermedades del corazón se equipara al de los que nunca fumaron.
10 años después: el riesgo de padecer cáncer de pulmón se iguala al de los no fumadores. Lo mismo sucede con el riesgo de un accidente cerebro vascular.
10-15 años después: el riesgo de muerte del ex-fumador llega a equipararse al del no fumador.
Los hombres y mujeres que dejan de fumar entre los 35 y los 39 años de edad ganan entre 5.1 y 3.2 años más de expectativa de vida.