Viernes 09 de Octubre de 2015

Paloma Herrera: "Estoy feliz de despedirme en mi casa"

A días de concluir su carrera profesional en el lugar donde nació y se formó antes de partir al exterior, la primera bailarina del American Ballet Theatre de Nueva York, cuenta el momento especial que está viviendo. Además, habla de su futuro y de la riqueza artística local.

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Ingresó al Salón Dorado del Teatro Colón con el mismo estilo con el que lo hace sobre el escenario: de rodete tirante y andar elegante, estilizado y liviano. Tan silenciosos fueron sus pasos que su presencia sólo fue advertida cuando, con la velocidad de una ola arrasadora, un grupo de fotógrafos y camarógrafos se abalanzó sobre ella para plasmar su retrato.

Allí estaba Paloma Herrera (39), la primera bailarina del American Ballet Theatre de Nueva York, vestida de rojo y negro y con una enorme sonrisa de satisfacción; de esas que llevan quienes empiezan a cosechar los frutos de lo que siembran con esfuerzo y dedicación. Varios flashes después, se acomoda en el centro de la tarima y tras una afectuosa presentación de Mariana Arias, expresa: "Estoy muy feliz de despedirme en mi casa".

Con esas palabras, cargadas de emoción, arranca una de sus últimas charlas con la prensa en el rol por el que se la conoce y respeta en el mundo entero. La misma, fue organizada por el Banco Galicia- su principal auspiciante- para formalizar el anuncio de las cuatro funciones con las que, a partir de éste domingo 11 de octubre, sellará su impecable y exitosa carrera profesional.

La acompañaban el Director General y Artístico del Teatro Colón, Darío Lopérfido, y el Director del Ballet Estable, Maximiliano Guerra, con quien Herrera ensaya sin cansancio el repertorio de “Romeo y Julieta”.


La artista que se atrevió al desafío de dejar su país a los 15 años para seguir un sueño, lo logró. Recibió múltiples galardones internacionales y fue elegida entre los 10 mejores bailarines del siglo por la revista Cheer & Danza Magazine, la más prestigiosa del medio.

Finalizada la conferencia, y a pocos días de su adiós en Buenos Aires, mantuvimos una charla a solas donde nos cuenta un poco más sobre su decisión, sus planes a futuro y su visión de esta ciudad en la que nació, se recibió y a la que acaba de mudarse.


Hiciste una carrera increíble y estás impecable. ¿Por qué te retirás tan joven?
No sé, fue una decisión que salió. Mi vida siempre fue así. No planeo mucho, vivo el día a día. Amo lo que hago y soy muy dedicada. Así fui toda mi carrera. Pero pienso que hay un tiempo para cada cosa. Nunca supe cuándo ni cómo pero un día me levanté y dije: “It’s time” (“Es hora”). En diciembre voy a cumplir 40 años y me parece que está fantástico. Me quiero ir así, felíz, trabajando, contenta de ensayar y sin un “pero”. Se dio y sentí que era ahora. Es un momento súper especial para mí y desde que lo anuncié fue todo muy gratificante.

¿Qué se siente leer o escuchar que sos una de las mejores bailarinas del mundo de los últimos años?
No sé. No me lo tomo personal. ¡Es como si estuvieran hablando de otra persona! (se ríe). Me encanta sentir que el público me quiere porque es maravilloso ver que todo lo que das vuelve. Es algo increíble. Pero no me pongo allá arriba porque uno hoy está en o alto y mañana no. Lo que me llega es la calidez del público.


Hablemos de tu futuro… ¿cómo sigue tu vida? ¿cómo vas a ocupar tantas horas de ensayos, de clases y presentaciones?
Tengo proyectos interesantes. Voy a seguir con mis clases por todos lados, que es algo que me llena y que con tantos ensayos y presentaciones mucho no podía hacer. Además voy a sacar mi línea de ropa, que es un proyecto que siempre estuvo y nunca tuve tiempo de hacerlo. Y voy a tener más tiempo para mí, para mis cosas y para mis afectos.

Sabemos que sos porteña. ¿En qué barrio naciste y qué diferencias ves entre esta ciudad y Nueva York?
En realidad nunca sentí que me fui de Buenos Aires. Nueva York ha sido una ciudad maravillosa para mí. Me ha dado todas las oportunidades. La disfruté un montón pero siempre volví. Jamás me fui. Es más, estoy ahora en la misma casa de Palermo en la que nací. Adoro ésta ciudad. Tiene mi familia, mis afectos, mis amigos, el Teatro Colón. Nací acá y me encanta. La gente siempre tiene un "pero" y se queja hasta del clima pero tal vez es porque no viaja y no tiene idea de cómo es afuera. A veces uno no valora lo que tiene. En Nueva York disfruto mucho pero vengo acá y también soy felíz. Cuando me dicen que soy una excelente embajadora lo creo porque yo hablo maravillas de mi ciudad y de mi país. Disfruto de viajar y de todos los lugares saco experiencias inolvidables, pero siempre voy con mi bandera a cuestas.

Recorriste el mundo y pisaste los escenarios más prestigiosos. ¿Cómo ves el desarrollo artístico de la Ciudad de Buenos Aires?
Yo vengo a Buenos Aires y siempre aprovecho para ir al teatro. He venido sólo por fines de semana para ver algún concierto o función en el Colón, pero no soy de comparar. Cada lugar es diferente y único. Nueva York tiene cosas increíbles y Buenos Aires es una ciudad apasionante que tiene mucho para ofrecer. Hay un montón de teatros y cines. Soy fanática de las películas argentinas, de escritores argentinos y entonces, cuando vengo me compro libros. Pero te repito, en materia de arte, no se puede comparar. A uno le puede gustar y a otro no. Yo estoy en cada lugar y disfruto de lo que tiene. Saco lo positivo.

¿Qué representa el Teatro Colón en tu vida?
Es muy importante para mí porque me crié acá. Si bien nunca pertenecí a la compañía estable del teatro porque me fui a los 15 años al exterior, ingresé en esta escuela de chiquita. Tenía ocho años cuando hice la audición y hasta que me fui estudié acá. Mi título es del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Pero siempre volví como invitada y siempre me han tratado excelentemente bien. Y eso que pasé por muchos directores. Pero como yo vengo, trabajo y me voy, siempre me llevo bien con el público, mis compañeros y con todos. Entonces mi relación con el teatro es muy linda. Siempre me sentí en casa.

No sé si es por la globalización, el crecimiento de las redes sociales, los medios de comunicación dedicados a hacer del arte un programa de televisión o todos esos factores juntos. Pero cada vez más jóvenes se inclinan por la danza como un medio de vida. ¿Un consejo para las nuevas generaciones?
Es una pregunta muy difícil. Ojalá pudiera darte una buena respuesta. Hay bailarines que tienen el físico y la técnica y se paran en el escenario y no transmiten nada. En cambio, hay otros que sí. Supongo que se llama ángel o carisma. También están quienes lo tienen pero después no trabajan. Así que creo que el consejo debería ser que combinen ambas cosas.

¿Un deseo para el desarrollo artístico presente y futuro de esta ciudad?
Espero que sea más fácil y más accesible para los jóvenes. En mi caso no me resultó difícil pero, que instituciones como el Teatro Colón sean gratis, me parece fantástico. A mí esta ciudad me ayudó a crecer. Pero creo que debería ir por el lado de dar oportunidades al talento. El talento es lo único que tiene que importar. No estoy de acuerdo con que la cantidad de likes, de seguidores o el hecho de hacerte conocido a través de las redes sociales porque publicas tu nombre una y otra vez y así te haces popular deba ser motivo suficiente para permitirte ingresar a una compañía o hacerte un nombre. Uno tiene que ser conocido sólo por su talento (afirma en forma enfática y hasta enojada con la situación actual).

¿Te gustaría que acá, como acaba de aprobarse en Brasil, la danza y el teatro sean asignaturas obligatorias en la escuela?
¡Ah, no sabía de eso! En mi caso la elección de la danza como camino fue una idea propia. La elegí por vocación; porque la amaba. Me parece fantástico que se le de la oportunidad al que quiera estudiarla y se eliminen las barreras para que sea más fácil acceder, pero que sea obligatoria la verdad que no sé. Me parece que obligar a alguien a hacer algo que tal vez no quiera...no sé si está bien. Pero son formas de vida. Mis papás, por ejemplo, me permitieron hacer lo que quisiera siempre y cuando fuera feliz. Creo que va más por ahí, facilitar pero dejar decidir.