La peatonal estuvo de fiesta con los banderines de colores de Inés Raiteri, la lente del fotógrafo Alberto Goldestein, las geometrías danzantes de Marcolina Dipierro, la opereta “Lírica y cambiaria” de Hernán Marina Arte, Guillermo Vega Fischer y elenco, entre otras geniales intervenciones.
“Florida recobró a los artistas que estuvieron ausentes durante casi media centuria y que son un modelo ejemplar para las nuevas generaciones que hoy los acompañan”, señaló Lombardi.
El arte sorprendió a los transeúntes y acceder al Paraíso dejó de ser una aspiración utópica.
En las alas de las mariposas gigantescas de Andrés Paredes estuvo grabada la palabra “cambio” que como letanía pronuncian los populares “arbolitos”. “Cambio, cambio”, cantaron también con humor los protagonistas de la opereta “Lírica y cambiaria” de Hernán Marina, Guillermo Vega Fischer y elenco.