“Las arpilleras son como canciones que se pintan” así definía la folklorista chilena Violeta Parra a esta técnica textil.
El origen de las arpilleras viene de muy antiguo y tiene larga tradición en América Latina.
Se utilizan restos de tela para crear situaciones que luego se cosen sobre otra tela, la cual muchas veces es montada sobre arpilleras tela arpillera que se usaba para embolsar papas ó harina, de ahí el origen de su nombre. Más tarde y, para conseguir el efecto tridimensional de las arpilleras, a algunas mujeres se les ocurrió sobreponer y coser pequeñas muñecas, objetos y piedras. Arpilleras de América Latina es una muestra textil que se ha curado a partir de la colección Conflict Textiles. Está conformada por 20 arpilleras; 11 de Chile a las que se han sumado obras de Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.
La arpillera tuvo sus raíces en una antigua tradición folclórica de Isla Negra- Chile. Pero es más que eso. Las mujeres cosen en ellas su propia historia de vida, plasman en las telas conflictos sociales y políticos como la dictadura de Augusto Pinochet, difíciles de comunicar en palabras.
En el momento que fueron hechas, denunciaban represión, propuestas políticas y llamados a la hermandad; hoy son un testimonio presente y un aporte a la memoria histórica.
Roberta Bacic, residente en Irlanda del Norte, académica y curadora chilena de esta muestra, nos cuenta: “El aporte de estas arpilleras parece residir en la capacidad que tienen de integrar los acontecimientos represivos - aquellos que irrumpen y descarrían las rutinas predecibles de la vida - en el contexto más amplio de la vida misma. Sus figuras cándidas, dulces, humanizadas, tiernas, que nos impulsan a tocarlas, a acercarnos, invitan a que nos aproximemos y así transformemos lo insoportable en soportable; haciéndonos partícipes de los eventos en vez de alejarnos. Por otro lado, su candidez hace insostenible no acercarse a su situación de personas víctimas afectadas por conflictos bélicos y/o violaciones a los derechos humanos y asumir una postura ante lo vivenciado”.
Posteriormente esta forma de narrativa se extendió a otros países fuera de América Latina. Emergieron a partir de vivencias similares y otras realidades.
Las piezas textiles que vamos a ver en esta sala no responden a un concepto único, tampoco a una narrativa lineal, menos a una técnica clásica en materia de costura generalmente relegada a la labor doméstica de la mujer y el rol social que se le ha asignado. La unidad de ellas reside en la fracturación de todos sus elementos conceptuales, narrativos, estéticos y de costura. Nuestro homenaje en el mes de la mujer y en el día de los artesanos a estas mujeres arpilleristas no solo chilenas sino del mundo entero.
Curadora | Copyright | Roberta Bacic
Puesta en escena en Buenos Aires| Ana Zlatkes
