El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, afirmó hoy que si fuese presidente de la Nación tendría la suficiente autoridad moral “para decirle a la gente que algo no se puede pagar porque voy cuidar cada centavo que la gente paga de impuesto como si fuese el último que tengo para administrar”.

En ese sentido, subrayó que “Gobierno que despilfarra sistemáticamente los recursos de la gente no tiene autoridad moral para decir que no le alcanza para pagar a los jubilados”, el aumento al 82 por ciento móvil que acaba de sancionar el Congreso Nacional con el voto desempate del vicepresidente Julio Cobos.

Al contestar la pregunta a un periodista sobre qué temperamento adoptaría si fuera el jefe de Estado nacional y el Congreso sancionara una ley contraria a la voluntad del Poder Ejecutivo, Macri reparó que “yo no soy presidente” y dijo que anoche en el Senado “sucedió lo que tenía que suceder” con el apoyo a la norma.

“Cuando sea presidente voy a tener otra autoridad de poder plantearle a la gente lo que se puede y lo que no se puede pagar, porque voy a cuidar cada centavo que la gente paga de impuesto como si fuese el último que tengo para administrar, tal como hice toda mi vida porque respeto aquello que no es propio y cuando uno administra el dinero de otro tiene que ser muy austero”, puntualizó.

El kirchnerismo “despilfarra la plata todos los días en aventuras una más sorprendente que la otra y después dice que no le alcanza para los jubilados”, apuntó.

El jefe de Gobierno de la Ciudad formuló estas declaraciones a la prensa al cabo de la segunda jornada del Campus FAES Argentina (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), que se realiza en la Legislatura porteña.

Compartió el panel junto al vicepresidente primero de la Legislatura, Oscar Moscariello; el ex presidente del Gobierno español José María Aznar y titular de FAES; el alcalde de Caracas, Antonio Ledesma, y el subsecretario de Economía de Chile, Tomás Flores.

Luego de las exposiciones, en que se plantearon algunos contrastes en países de Iberoamérica entre la falta de libertades y el pleno ejercicio de la democracia, Macri advirtió que “el adversario político es parte del éxito y no el enemigo a destruir”

“Es peligroso para el país profundizar la agresión, la división el autoritarismo y la prepotencia” y advirtió que “si no volvernos a tener una política en la Argentina diferente a la que plantea el kirchnerismo va a ser muy difícil dialogar”, puntualizó.