En agosto de 1958 Martha Zuik, con sólo 17 años, realizó su primera exhibición individual en Buenos Aires en la mítica galería Pizarro, dando inicio a una carrera artística prolífica que la llevó a integrar importantes eventos en la escena cultural argentina e internacional.
Estas imágenes despliegan una constelación de corte fantástico que remiten a siluetas de faunas y floras ficticias, imágenes protoplasmáticas, celulares, de universos cósmicos y de anatomía sexual femenina. En este temprano despliegue poético, Martha Zuik da a la presencia un imaginario visual rico y sofisticado en donde la línea se expande y ocupa gran parte del soporte con una figuración, a su vez, de evocación surrealista.
