Miércoles 26 de Septiembre de 2018

Las plantaciones de la Ciudad durante la Primavera

Se trabaja para intervenir en el cultivo, selección y adquisición de ejemplares destinados a las nuevas forestaciones o reposiciones, asegurando la provisión de plantas de calidad y en estado saludable.

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Los árboles pueden mitigar muchos de los factores del desarrollo urbano que impactan en el ambiente. Como por ejemplo:

  • Atemperan el clima.

  • Conservan la energía.

  • Capturan el dióxido de carbono.

  • Influyen en el ciclo del agua.

  • Mejoran la calidad del aire.

  • Disminuyen la escorrentía pluvial y las inundaciones.

  • Reducen los niveles de ruido.

  • Suministran el hábitat para la fauna silvestre




Entre otras cosas, se busca lograr:

  • Mantener e incrementar la cantidad del arbolado público urbano a través de la plantación de nuevos ejemplares, reemplazo de ejemplares en riesgo y/o reposición de planteras vacías.

  • Cambiar la percepción del vecino, a partir de fomentar el espíritu conservacionista.

  • Fomentar la participación ciudadana mediante la realización de acciones concretas y la comunicación de la información.

  • Construir un mapa de vecinos interesados en el cuidado de nuevos árboles.



Las especies a incorporar obedecen a la planificación diseñada para el Plan Maestro de Arbolado Lineal o Viario, que privilegia no sólo la ocupación racional del espacio disponible para el desarrollo y crecimiento de cada ejemplar, sino también contribuye a mejorar la biodiversidad del denominado “bosque urbano”. Se procura disminuir gradualmente la presencia de la especie dominante (fresno americano), mediante la incorporación de otras especies que en forma gradual y paulatina.

Una vez realizadas las plantaciones los ejemplares quedan bajo nuestro cuidado, siendo sumamente importante su atención, especialmente durante el primer año ya que es el más crítico por ser el período de adaptación del árbol en su nuevo lugar.   Las tareas básicas en las que podemos ayudar en el mantenimiento del nuevo árbol son: el riego, el control de tutores y ataduras y el de protecciones contra hormigas.



¿Cómo regar? Dos veces a la semana, lentamente, alrededor de 10 litros. En otoño / invierno la frecuencia debería reducirse hasta efectuar un riego cada 15 días.

¿Cómo controlamos los tutores?

Los tutores y ataduras que empleamos tienen por objeto evitar que el árbol, por efecto del viento, soporte fuertes oscilaciones que dificulten, entorpezcan o malogren el proceso de enraizamiento. Para ello se vincula el ejemplar a los dos varillones incorporados durante la plantación mediante ataduras elásticas que le limitan su movimiento sin ocasionar daños a la corteza. Ayudamos si colaboramos con el correcto estado de las ataduras, interviniendo si las mismas se aflojasen o reemplazándolas con un material de similares características.



¿Cómo controlar protecciones antihormigas?

Una de las principales plagas que afectan a los árboles jóvenes son las hormigas cortadoras, las cuales pueden defoliar completamente a un árbol en cuestión de horas, generando un desequilibrio en su proceso biológico que puede ocasionar su pérdida. Para controlar esta adversidad, bastante frecuente, se instala en el tronco del árbol, por encima de la última atadura y por debajo de la primera ramificación, una barrera mecánica que evita la accesibilidad de las hormigas al follaje. Controlando que la protección se encuentra activa, colaboramos con el cuidado y la protección del nuevo arbolito.