Reseña Histórica

Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires.

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En los tiempos contemporáneos a la segunda y definitiva fundación de Buenos Aires, efectuada en 1580 por Don Juan DE GARAY, los incendios se combatian utilizando baldes con agua y a través de una cadena de brazos. Muchas veces se derribaban techos y muros de la finca incendiada para sofocar las llamas y evitar la propagación a las viviendas linderas. Quienes realizaban esta tarea eran los Alcaldes de Barrio, oficiales y la tropa de la guarnición militar. Los carpinteros, albañiles y aguateros colaboraban con las autoridades y los vecinos debían acarrear agua desde los pozos cercanos.

Además de las viviendas, construidas con material, barro y paja (sumamente inflamable) los campos asimismo representaban una amenaza. Para evitar los incendios se prohibió prender fuego a los terrenos, sin antes levantar los granos y frutos.

Con la creación de la Municipalidad, en 1856, nace la inquietud oficial de crear un Cuerpo de Bomberos. Dicho objetivo, sin embargo, no llega a realizarse por falta de recursos. La policía en función dualista, atiende los problemas de los incendios con su personal de "Vigilantes" y "Serenos" y el apoyo inestimable de la población.

Para dar un paliativo a esta situación, el entonces Jefe de la Policía de Buenos Aires, Don Cayetano Cazón, destina en 1866, diez vigilantes al servicio exclusivo de las dos bombas a manija disponibles en el Departamento de Policía. Pero no es hasta el año 1870, bajo la Jefatura Institucional de Don Enrique O´Gorman, que se logró reunir treinta hombres. La mayoría de ellos tenían el mérito de haber pertenecido a los Cuerpos de Bomberos de algunas ciudades de Europa y América.

Estos primeros bomberos organizados y bajo conducción policial, tenían una preparación profesional superior que sus antecesores, constituyen la "Compañía de Vigilantes-Bomberos", que inicia oficialmente sus actividades el 2 de enero de 1870. Se encontraban a cargo de un Sargento de apellido Roveaud, y ocupaban una de las cuadras del entonces Departamento de Policía, emplazado en un antiguo edificio aledaño al Cabildo, frente a la Plaza de Mayo.

Cabe destacar que como Vigilante-Bombero, legajo n° 13, revistaba en el agrupamiento el Cadete José María Calaza, quien once años más tarde (1881) se convertiría en Jefe y organizador incansable del Cuerpo, cargo que ocupó durante más de tres décadas, hasta su muerte en 1913.

El material para combatir los incendios era precario y estaba integrado solamente por dos bombas y algunos picos, sogas, hachas, baldes y mangueras. En esa época, cuando se declaraba un incendio las iglesias se encargaban de dar la voz de alarma haciendo repicar insistentemente las campanas. Los bomberos salían sin saber exactamente el lugar del siniestro, lo que con mucha frecuencia originaba demoras, marchas y contramarchas. Asimismo, debían movilizarse a pie, cualquiera fuera la distancia, arrastrando unos las pesadas bombas y llevando otros las mangas y los baldes.

La falta de agua solía ser un problema insalvable en los incendios declarados. Excepto en los alrededores de la Plaza de Mayo, no había todavía red de agua corriente. En el resto de la ciudad el líquido para alimentar las bombas era provisto por carros aguateros, utilizándose también el agua de los aljibes que los vecinos tenían la obligación de acarrear.

En 1873 la Compañía es elevada al rango orgánico de Cuerpo de Bomberos, con organización militar. En 1877 el Cuartel original ubicado en el Departamento de Policía, es trasladado a las instalaciones del Destacamento sito en la actual calles Luis Sáenz Peña e Hipólito Irigoyen, funcionando desde entonces como Cuartel Central, hasta el 30 de marzo de 1889, fecha en la que ocupa su actual instalación, como parte del Departamento Central de Policía, sobre la Av. Belgrano n° 1547.

En 1906, bajo la Jefatura Institucional del Coronel Don Ramón L. Falcón, el Departamento General de Policía, como se llamaba entonces, se reorganiza en seis grandes Divisiones, una de las cuales la integra el Cuerpo de Bomberos, con el nuevo rango de División.

Un significativo acontecimiento se produce en 1930, año en que se decreta la abolición del fusil y la cesación de los servicios militares. El Cuerpo se circunscribe entonces a sus funciones específicas, lo que permite su consagración al perfeccionamiento técnico-profesional. En el aspecto orgánico se divide la ciudad en cinco Zonas permitiendo descentralizar aún más la prestación de los servicios. Durante esta época se abre una nueva era para la División, una novel generación de Jefes y Oficiales, trata de encauzar la trayectoria del Agrupamiento, por la senda del perfeccionamiento técnico. Se siembran inquietudes, ideas y enseñanzas que se plasman en acto y potencia.

Es así como en las tres décadas siguientes (40, 50 y 60), en concordancia con el ritmo de crecimiento de la ciudad, se cristalizan proyectos de fundamental necesidad.

En 1950, dentro de la estructura orgánica de la POLICÍA FEDERAL ARGENTINA, la entonces División asume el rango de DIRECCIÓN BOMBEROS. Años más tarde, se organizan nuevas secciones con el fin de especializar algunos servicios y crear otros más novedosos. Surgen así la Sección Pericias en 1956, la Brigada de Explosivos en 1959, la Sección Inspecciones Técnicas en 1961, la Escuela de Prevención y la Sección Central de Alarma en 1964. Es en esta década (60) en la que comienza la incorporación de la primeras autobombas MAN-Metz, de origen alemán. Así se unen al parque automotor Usinas-Grúas, Unidades de Salvamento, Escaleras Electrohidraúlicas, Hidroelevadores y otras unidades específicas.

En 1971, la dirección, asume el rango orgánico de Dirección General de Bomberos. Un año más tarde acompañando la reestructuración orgánica de la Policía Federal Argentina, pasa a ocupar, en el organigrama de la mencionada Fuerza de Seguridad, el máximo nivel, alcanzando la denominación de Superintendencia de Bomberos.

La formalización de un Grupo Especial de Rescate, durante el año 1982, resulta la respuesta operativa para hacer frente a las difíciles condiciones en las que se desarrollan los salvamentos en edificios de altura y otros tantos escenarios, tales como el medio acuático, los derrumbes, etc..

Asimismo, se crea y desarrolla una Dependencia específica para afrontar la problemática de la Protección Ambiental atendiendo, además, las "Emergencias Ambientales", que involucran sustancias químicas peligrosas; incidentes con fuentes radiactivas y otros eventos vinculados a este singular segmento de riesgo.

Este fue, a grandes rasgos, el comienzo del desarrollo técnico y funcional de la actual Superintendencia Federal de Bomberos, denominación que le fuera otorgada en 1994, y que actualmente presta la Policía Federal Argentina; sólo en los Aeropuertos del interior del país, como Auxiliar de la Justicia Federal en todo el territorio nacional, en diversas materias tales como Investigación Pericial de siniestros, Explosivos, Riesgo Forestal, Emergencias Ambientales, Protección Radiológica y Seguridad Nuclear. Del mismo modo con la Jurisdicción de la División Cuartel I “Coronel Don José María Calaza” que posee diversos objetivos de carácter federal de importancia tales como el Congreso de la Nación y la Casa de Gobierno y distintos Ministerios Nacionales.

En este punto de la historia, corresponde hacer mención que a comienzos del año 2016, se firmó entre el sr. Presidente de la Nación, Ingeniero Mauricio MACRI y el sr. Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Licenciado Horacio Rodriguez Larreta, el Convenio de Transferencia Progresiva a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de facultades y funciones de seguridad en todas las materias no federales ejercidas en la ciudad Autónoma de Buenos Aires, mediante el cual se establecía que parte del personal integrante de la mencionada Superintendencia Federal de Bomberos de la Policía Federal Argentina, sea transferido al ámbito de esta Ciudad. Es por ello que la Totalidad del personal y medios de la Dirección General de Protección Urbana y personal de la División Brigada Espacial Federal de Rescate y sus Secciones subordinadas Grupo Especial de Rescate “Caballito” y “Saavedra”, más una importante parte de las áreas técnicas fue asignado a este Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Justicia y Seguridad a través de la Subsecretaria de Emergencias ambos de este ámbito.

El día 1° de febrero del año 2017, mediante Decreto n° Decreto-2017-59-AJG, publicado en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires n° 5063 de fecha 06/02/17, fue nombrado como Jefe del nuevo Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires, el Arquitecto Gustavo Oscar Benzi, quien oficiara anteriormente como Director General de Protección Urbana en el ámbito de la Superintendencia Federal de Bomberos donde prestó servicios y desarrollo una extensa carrera en las distintas Áreas.

Con fecha 7 de febrero del mismo año, se dispuso la nueva estructura organizativa de este Cuerpo de Bomberos, como también la creación de dependencias, en virtud de la necesidad de establecer un orden interno en el Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires a efectos de accionar la pronta operatividad del mismo.

En este punto, cabe destacar la creación de la Compañía Formación y Entrenamiento Profesional, de la cual depende la Oficina ESCUELA DE CADETES, siendo esta la primera vez en el país que se dispone de un Instituto de Formación exclusivo para el personal que desee ingresar al Cuerpo de Bomberos, estableciéndose de este modo el primer eslabón de un proyecto tendiente a la profesionalización y exaltación del servicio brindado. Comienza entonces un proceso de modernización y puesta en valor de los materiales muebles e inmuebles, haciendo hincapié en la protección personal y la capacitación de los integrantes heredados de la Superintendencia Federal de Bomberos a través de la Oficina Centro de Formación Profesional.

Como resumen, se puede aseverar que se han comenzado las labores tendientes a llevar al Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires, a los estándares profesionales más altos de América Latina, sin pausa en el camino hacia la meta propuesta, fijando diariamente el rumbo firme y seguro hacia un destino de grandeza y permanente superación, siempre dispuesta al servicio de los vecinos.

Sintetizando, aquellos 30 Vigilantes-Bomberos, se han convertido en casi 1500 hombres, que velan por la seguridad de la población en los distintos puestos de socorro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Para ello cuentan con vehículos y una variada gama de elementos complementarios, que posibilitan brindar un servicio adecuado en las diversas facetas esenciales de la profesión: la operativa, la investigativa, y la preventiva, como así también el riesgo ambiental.