Viernes 19 de Octubre de 2018

Lo que deja Buenos Aires 2018

Con actividades en escuelas, clínicas deportivas y obras, los Juegos Olímpicos de la Juventud fueron un antes y un después en la vida de los vecinos.

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Desde chicos que tomaron pinceles para pintar juntos un mural, alumnos que charlaban con con atletas que vivieron la experiencia Olímpica y se colgaron la medalla para una foto, hasta la construcción de parques y viviendas que, ya con los Juegos finalizados, son parte de la Ciudad. Todo forma parte del legado de Buenos Aires 2018, una huella cultural, deportiva, educativa, turística y de infraestructura que ya comenzó a ser realidad, en el minuto después de la ceremonia de clausura de la competencia.

Un legado en las aulas y en los estadios

Uno de los pilares de esta huella fue acercar el deporte a las aulas. Y se logró gracias a “BA Ciudad Activa”, la iniciativa que busca que el espíritu y los valores Olímpicos lleguen a cada barrio a través de actividades culturales, educativas y culturales.



Como parte de este legado intangible, fueron visitados todos los colegios primarios y secundarios de la Ciudad con “Buenos Aires 2018 va a la escuela”. Esta actividad buscó vincular a los chicos y a los valores Olímpicos con acciones como la confección de murales, el traspaso de la bandera Olímpica entre cada institución y clubes de barrio, y la realización de una obra de teatro que aborda el deporte desde distintas perspectivas.

En la Ciudad quedó viva una huella cultural, deportiva, educativa y de infraestructura.



Otro foco en la construcción del legado de los Juegos Olímpicos de la Juventud fueron las actividades de iniciación deportiva que superaron las 500 instituciones educativas. Pudieron charlar con atletas y ex deportistas, y sacarse fotos con las medallas.



“BA Ciudad Activa” también propuso y trabajó para que los Juegos tuvieran impacto en la salud de los vecinos. Esta iniciativa buscó incentivar la actividad física y la alimentación saludable, para que los Juegos Olímpicos de la Juventud cambien los hábitos de vida de los porteños y así evitar enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), como la diabetes y la obesidad, que son la principal causa de muerte en Argentina y en el mundo. Para lograrlo, se promovió hábitos saludables y estilos de vida activos en la sociedad de la mano de la alta competencia y sobre todo, de los propios deportistas.

Las acciones con los vecinos no terminarán con el final de Buenos Aires 2018 sino que se trasladarán a los Parques Olímpicos de la Juventud. Cada uno de ellos combinó competencias deportivas oficiales, eventos deportivos y actividades culturales y educativas para atletas, entrenadores, jóvenes, familias y comunidad local e internacional.

Las acciones con los vecinos se multiplicaron durante los días de competencia de Buenos Aires 2018.


Un legado de infraestructura para la Ciudad

Al legado cultural y educativo se agrega otro fundamental vinculado al desarrollo económico y la infraestructura de la Ciudad. Estos Juegos Olímpicos de la Juventud significaron un fuerte impulso para la zona sur porque la Villa Olímpica de la Juventud, donde vivieron los deportistas durante el evento, se construyó en Villa Soldati potenciando así el barrio y su zona comercial.

Además, permitió seguir posicionando a Buenos Aires como el mejor destino turístico de la región.

Después de los Juegos, los vecinos no solo podrán adquirir las viviendas del Barrio Olímpico de la Juventud, sino que también disfrutarán del Parque Olímpico de la Juventud, que seguirá funcionando como un centro deportivo de alto rendimiento.