Martes 25 de Septiembre de 2018

Emprendedores: cómo salieron adelante con sus proyectos desde Los Piletones

Trabajaban desde sus hogares y gracias a un concurso del Gobierno porteño pudieron acceder a un espacio propio para potenciar su negocio. Realizan calzados para niños, estampados textiles y fundas para trajes y bolsas publicitarias.

Compartir en Redes



Desde el Sur de la Ciudad, sus historias son el reflejo del espíritu de un barrio emprendedor, que busca oportunidades a partir del trabajo y del esfuerzo.

Los tres son emprendedores, humildes, trabajadores y con oficios que realizan desde hace años. Durante mucho tiempo no tuvieron otra opción que desarrollarlos desde sus hogares en el barrio Los Piletones, con la incomodidad lógica de convivir con la falta de espacio, el ir y venir de los chicos y la falta de materiales para que el negocio crezca y se expanda.

Pero hace cinco años algo cambió para Gonzalo Delgadillo Torres (44 años, casado, con dos hijos), de profesión zapatero, y para Juan Martínez (51 años, casado, con dos hijos), que siempre realizó estampados textiles. Ganadores de un concurso de la Corporación Buenos Aires Sur, ahora dependiente del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte del Gobierno de la Ciudad, pudieron acceder al Centro de Apoyo Productivo, ubicado en el mismo barrio (Barros Pazos al 3700, frente a la cancha de Sacachispas, en Villa Soldati), lugar que les permitió incubar su proyecto.

El Centro de Apoyo Productivo cuenta con nueve espacios productivos de 40 m2.

Allí se instalaron, tuvieron la comodidad que necesitaban para potenciar su emprendimiento productivo, recibieron capacitaciones para ampliar sus conocimientos, incorporaron nueva maquinaria y hoy sus negocios crecieron fuertemente y hasta pudieron emplear a otras personas ante la demanda de sus clientes.

“No teníamos un lugar físico para poder trabajar. Fuimos seleccionadas seis personas entre 60 participantes. En el transcurso de los años nos dieron capacitaciones, internet, ventas, un montón de cosas que supimos aprovechar y tenemos gracias a Dios el espacio y el emprendimiento trabajando”, explica Gonzalo, responsable de Calzados Brisal (para niños y niñas). Y Juan, a cargo de su emprendimiento Juatinez de serigrafía en tela, refuerza el concepto: “Cambió mucho porque en mi casa todo estaba amontonado, ahora estoy más ordenado y eso hace que haya menos accidentes. Nos enseñaron cómo ser un buen emprendedor, marketing, control, saber llevar las cuentas, cómo cobrar un producto. Y los cursos te sirven para crecer más afuera, te enseñan cómo ir y hablar, conversar y buscar más clientes, usar internet, hacer las tarjetas… A veces uno no tiene las herramientas, por la ignorancia misma, porque uno no tiene los estudios necesarios”.

El Centro les permitió potenciar su emprendimiento productivo, con un espacio propio, capacitaciones y nueva maquinaria.

El año pasado se sumó al Centro Nelson Choque (35 años, en pareja, con dos hijos), que fabrica fundas para trajes y bolsas publicitarias de friselina, entre otros múltiples artículos que ofrece Miken Packs, los que vende por pedidos y ofrece también por internet. “Al estar acá me pude expandir, agarrar trabajos más grandes. Además tienen una mesa de corte que es espectacular, así que me facilita todo”, destacó.

Gonzalo hace todo tipo de calzado para los más chicos, talles de 16 a 26. Su mujer Silvia se encarga del aparado (toda la costura de los zapatos). Y ante la demanda, también emplea a otras personas, motivo de orgullo: “Antes no sabíamos qué iba a ser de nuestra vida, con nuestra profesión de zapatería. Ahora es una satisfacción, porque tenemos gente trabajando, son ocho familias que dependen de nosotros. Estamos haciendo algo por otras personas y a la vez estamos creciendo todos”. Aún no puede creer contar entre sus maquinarias con una “Puente”: “Es el corazón del taller, porque sin ésta no se puede hacer nada. Es la que corta y da trabajo a todos”.

Dice que está cumpliendo “un sueño” y deja un mensaje esperanzador: “Cuando uno quiere trabajar, quiere salir adelante, Dios lo ayuda, uno hace las cosas bien y vuelven bien de por sí. No hay que tener maldad, no hay que pensar mal de las otras personas, porque todo regresa”.

Por su parte, Nelson estudió en Cosiendo Redes durante tres años y luego fue seleccionado al ganar un concurso entre muchísimos participantes. Su negocio creció y fue ampliando los productos que fabrica: hoy hasta realizan salvavidas, lonas, bolsones y otros productos textiles más rígidos, algo impensado años atrás. Y le da trabajo a otras tres personas para llevar adelante el emprendimiento. “Tener el lugar me potencia más, puedo crecer, apuntando a llegar a algo más grande. Me siento realizado, tengo una satisfacción muy grande porque poco a poco estoy blanqueando mi situación, antes no tenía monotributo ni nada, entonces es como que poco a poco uno empieza a existir, tengo las redes sociales, la gente me conoce y me llama, es como que empezás a aparecer entre los confeccionistas, que imagino que hay muchos, pero a veces por las situaciones en las que viven donde están ubicados no logran salir al mercado. Yo puedo vender mi producto, así como confeccionar”.

Finalmente, Juan explica que trabaja con su familia y a veces con más gente dependiendo de la temporada y los pedidos de los clientes. “Por ejemplo si hago tachas necesito gente que me ayude, que haga las tachas y que planche; si hago solo estampado necesito cuatro o cinco personas que me ayuden. Y si hago perlitas necesito más gente para entregar más rápido”, detalló.

Al igual que cada emprendedor, siente que con su esfuerzo pudo salir adelante. “Este emprendimiento me permite ayudar a que mis hijos salgan adelante y darles un futuro mejor. Ir buscando trabajo por todos lados se ve feo y a veces no se consigue. Y con el emprendimiento crecés un poco más y ayudás a la familia y a tener tu propio sueño también”, resaltó.


Centro de Apoyo Productivo

El Centro de Apoyo Productivo (CAP) es un espacio de capacitación, asesoramiento y acompañamiento para emprendedores locales, que tiene como fin desarrollar y potenciar sus ideas o proyectos de negocios, incorporarlos a la economía formal, y así generar nuevos puestos de trabajo mejorando la actividad económica en la zona Sur de la ciudad.

Para lograr ese objetivo desarrolla cursos y talleres de Gestión Emprendedora y Fortalecimiento del equipo emprendedor, con capacitadores especializados en la aplicación práctica de cada uno de los contenidos. Y busca la “construcción de redes” poniendo en contacto a los emprendedores con otros actores de la cadena productiva para el fortalecimiento del capital social y comercial de cada uno de ellos.

Hay tres aulas de capacitación y una mesa de corte comunitario.

Al mismo tiempo realiza alianzas con otras instituciones educativas o proyectos de desarrollo, convencidos de que el “trabajo en equipo” es un factor diferencial en la generación de oportunidades para los emprendedores.

El CAP comenzó a funcionar en el año 2010 en el barrio de Los Piletones, formando parte del proyecto de desarrollo e integración urbana y social de los barrios Sur, llevado a cabo por el Gobierno porteño como pilar de la gestión. Cuenta con nueve espacios productivos de 40 m2 cada uno, tres aulas de capacitación, una mesa de corte comunitario y distintas áreas de servicios comunes. Allí trabajan nueve equipos emprendedores del barrio en la confección de calzado, ropa y vestimenta para mascotas, armado de pizarrones y rompecabezas, producción de artículos de cotillón y piñatas y estampado de remeras.

Asimismo funciona un aula de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) que articula con el Programa Adolescencia del GCBA, convocando a jóvenes que se capacitan en informática, armado y reparación de PC, robótica y programación. También funciona un aula de la Organización Civil Avanzar que capacita en oficios como depilación, peluquería, computación y brinda asistencia financiera.

Más información: Centro de Apoyo Productivo. Barros Pazos al 3700, Barrio Los Piletones, Villa Soldati- Tel: 4919-6016 cap@cbas.gov.ar.