Parque Avellaneda

Reseña Histórica

Las tierras que hoy conforman el Parque Avellaneda tienen una singular historia, que se remonta en sus orígenes como espacio privado al año 1588, en el que se produjo el primer reparto en la zona, dominada por altos pastizales y animales salvajes.

Casi dos siglos después, en 1755, la Hermandad de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo, dueña del lugar, creó un Colegio de Niñas Huérfanas y consagró un oratorio a “Nuestra Señora de los Remedios”, proclamada patrona menor de la Ciudad.

Secularizada por las leyes de 1822, la Hermandad cedió su lugar a la Sociedad de Beneficencia y la Chacra “Los Remedios” fue arrendada por Clemente Miranda en sociedad con Domingo Olivera, hasta el remate público efectuado en 1828.

A partir de entonces, se convirtió en un patriarcado agrícola – ganadero a cargo de Olivera, “pionero” en la organización y enfoque científico de estas actividades. La Chacra fue habitada por su familia y allí se agregaba la explotación, la siembra de trigo, la pastura para vacas, ovejas, caballos y la construcción de una tahona (molino harinero), que permitía surtir de pan a todo el pueblo de San José de Flores.

Luego del fallecimiento de Domingo Olivera en 1866, la obra fue continuada por sus ocho hijos. Las distintas generaciones de los Olivera ocuparon la antigua casona con modificaciones efectuadas por uno de sus hijos, Carlos Olivera. Constituye el edificio reciclado que hoy podemos admirar. En sus buenos tiempos, fue un exponente del buen gusto, la elegancia y el refinamiento de la “belle époque criolla”. Los aportes de la técnica permitieron la instalación de un poderoso equipo a vapor que aseguraba abundante provisión de agua (y luego de energía eléctrica) tanto para consumo como para regadío de arboleda, quinta, parques y jardines.

Su historia como espacio público comienza el 7 de marzo de 1912, cuando la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires compra 50 hectáreas de esas tierras a los herederos de Domingo Olivera. A partir de aquí, la historia conocida...

El 15 de noviembre del mismo año Domingo Olivera (nieto del fundador), por sí y en representación de sus hermanos, hizo entrega del inmueble al municipio, representado por el Director General de Paseos, Don Carlos Thays.

En 1914 se inaugura el Parque Olivera y en el mismo año pasa a llamarse Parque Avellaneda, que en adelante se engrandecerá con la inauguración de un teatro infantil (1914), el vivero de árboles (1916), la colonia de vacaciones para niños débiles (1919), la primera pileta pública de la ciudad (1925) y los juegos infantiles (1927).

También se produce en 1936 la instalación de su trencito característico proveniente desde el Jardín Zoológico, la reconstrucción del tambo de la chacra que ofrecía leche con vainillas por pocos centavos a los niños que visitaban el parque y una biblioteca pública; además de la apertura de la casona para actividades culturales como danza, actuación y canto.

En 1949 se establece en la casona la Escuela Municipal de Aprendices “Manuel Belgrano” -cerrada en 1976-, y en 1962 la Colonia de Niños Débiles se convierte en la Escuela Primaria y Colonia de Vacaciones “Antonio Zaccagnini”.

En la actualidad, los vestigios del antiguo establecimiento rural cumplen una importante función de bien público al servicio de la Ciudad, que absorbió sus destinos. La gestión asociada implementada permitió que La Casona de los Olivera (declarada de interés municipal en 1990) sea recuperada como Centro de Exposiciones, el Antiguo Natatorio como Centro de Producción Cultural y el Tambo como Centro de Artes Escénicas.