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Garage olimpo
Sugerencias para una lectura desde la problemática de la autoridad
por Paula Marini


"...decir que los culpables son monstruos es una excusa, los monstruos existen, pero son demasiado pocos. Los más peligrosos son los hombres comunes, los funcionarios listos para creer y obedecer sin discutir..."

Primo Levi (1)

Marco Bechis construye un relato sobre la dictadura militar en Garage Olimpo basado en hechos verídicos que asumen la forma de ficción. Cabe señalar que en aquel siniestro período, Bechis mismo estuvo secuestrado diez días en un centro de detención clandestino llamado Club Atlético.
Dice Pilar Calveiro en su libro Poder y desaparición: "El golpe de 1976 representó un cambio sustancial: la desaparición y el campo de concentración-exterminio dejaron de ser una de las formas de la represión para convertirse en la modalidad represiva del poder, ejecutada de manera directa desde las instituciones militares. Desde entonces, el eje de la actividad represiva dejó de girar alrededor de las cárceles para pasar a estructurarse en torno al sistema de desaparición de personas, que se montó desde y dentro de las Fuerzas Armadas".
Es nuestra intención aquí revisar cómo funciona la violencia planificada y sistemática, y para ello haremos uso de este film: cómo se instaló una burocracia de la muerte que hizo funcionar una megamáquina de torturas, con un aceitado funcionamiento para extraer información, aterrorizar y matar.
Héctor Schmucler, refiriéndose a las intenciones de olvido sobre las que se sostiene la historia de la Argentina de los últimos veinte años, plantea: "Se trata de olvidar que en la Argentina un espacio de desaparición fue posible. Un espacio que atañe a toda la sociedad y en el que víctimas y victimarios se propician en una coincidencia trágica. No es la ´verdad histórica´; la que intenta olvidarse, sino la responsabilidad de preguntarse por qué el crimen se hizo posible. No lo que ocurrió, sino cómo ocurrió." (2)
Es posible pensar en Garage Olimpo en esta clave: cómo toda una sociedad acompañó o silenció la concreción de estas aberraciones que son parte de una trama y un tejido social, aunque esa totalidad presenta matices en las responsabilidades.
La película presenta como idea-fueza la relación que se da entre una víctima y su torturador; plantea la relación víctima-victimario intentando correrse de una lógica binaria maniqueísta, tomando distancia y tratando de mostrar otro tipo de complejidad. La relación que establecen los personajes centrales -María, secuestrada detenida, y Félix, su torturador- en el tiempo de encierro de María, se enmarca en otro orden: él la tomará como a su protegida y ella se dejará proteger, como única forma de no perder totalmente su humanidad.
Siguiendo esta misma lógica, los torturadores aparecen representados como unos pibes "comunes" (sin quitar el peso que esto significa y el lugar que los mismos tuvieron en el genocidio) y de este modo se los muestra jugando al ping-pong o escuchando fútbol por la radio mientras están a cargo del turno de control. El film es una reproducción del funcionamiento cotidiano del campo, enfocándolo en el orden del terror cotidiano, lo que todos los días sucedía en ese lugar entre sus habitantes.
Cuenta Calveiro, acerca de su propia experiencia, que la diferencia entre la vida en los campos y la vida común no está en la presencia o ausencia de moral, está en otro lado. Y es que, en una existencia ordinaria, los contrastes de los que habla no aparecen a la luz del día. Los gestos egoístas se disimulan en actos de rutina, y además el peligro que puedan implicar es muy limitado: de ellos no dependen vidas humanas. (3)
Sumamos a esta experiencia otras voces, como la de Primo Levi, retomadas por T. Todorov en su libro Frente al límite: "En el campo, donde es preciso escoger a veces entre salvar el pan o salvar la dignidad, entre la inanición física y la inanición moral, todo se pone en evidencia (…); la vida de los campos proyecta en grande y hace elocuente eso que, en el runrún cotidiano, puede fácilmente escapar a la percepción."
Algo de esto se perfila en el objetivo del director del film: "La clave del horror para mí era con cuanta superficialidad esta gente torturaba, mataba, se comía un sándwich, escuchaba la radio, tomaba cerveza. Esto era así. Y cómo la sociedad tapaba. Entonces, de alguna manera, lo que nos propusimos fue golpear en esa dirección." (4)
Es así como Félix, el inquilino de la casa de María, un joven que no se muestra preocupado por ningún tipo de ideología, ni de ideal político, es presentado como un chico cualquiera, un chico gris. Quizá puede pensarse desde allí la complejidad que marca Bechis, la complicidad de mucha gente que decía no estar comprometida con nadie, para quien torturar era un trabajo.
Por otra parte, la relación del campo de concentración con la vida cotidiana puede observarse en la relación entre el campo y el afuera. Es así como en el film sólo se muestra un radio (el garage), pero pareciera que el director de algún modo nos lleva a pensar en la persistencia de ese otro campo que ha quedado atrás y que tiene que ver con el silenciamiento de toda una sociedad. Intensifica la presencia de lo no mostrado. Ese campo presente hace más fuerte, más insistente, la ausencia de otra imagen. Esta es la manera que la película se refiere al horror y al dolor, quizás aquí reside la mayor violencia, porque apunta a registrar el latido de lo siniestro devolviéndolo a su condición cotidiana.
Pilar Calveiro lo dice de este modo: … "El proceso de Reorganización Nacional no fue una extraña perversión, algo ajeno a la sociedad argentina y a su historia, sino que forma parte de su trama, está unido a ella y arraigada en su modalidad y en las características del poder establecido…"
Por otra parte, Bechis utiliza el recurso de no mostrar todo, sino de montar escenas donde puede. Las escenas de violencia "reales" (momentos en que alguien iba a ser torturado), se intuyen mediante el uso del sonido. Hay ausencia de imagen-situación y ésta obliga a tener los ojos bien abiertos. Más bien está presente la idea de que hay algo de lo inenarrable, de lo irrepresentable… Ricardo Forster trabaja esta problemática en relación al cine preguntándose, con respecto a una serie de películas que intentaron mostrar todo acerca de lo ocurrido en el Holocausto, "¿cómo ser espectadores de una estética que ha hecho de 'lo mostrable' su norte ideal?" (5). Garage Olimpo se corre de esta clásica posición y se ofrece como respuesta para pensar, en clave pedagógica, hasta qué punto es posible transmitir el horror. Invitamos a recuperar la pregunta que formula Inés Dussel: "¿Cómo enseñar lo in-enseñable?" (6), ya sea pensando en el cine o en lo que la escuela puede enseñar, para que este "horror" no sea simplemente un contenido escolar más a cumplimentar o se convierta en industria cultural de consumo, impulsado por alguna "moda".
La pedagogía aquí puede ser útil para analizar los discursos que se disponen sobre este doloroso período de nuestra historia, que a su vez nos invisten. Quizás la película Garage Olimpo sirva como una escena pedagógica en la cual se nos invita a reencontrarnos con ese pasado, a mirar y a asumir las consecuencias de eso que vimos. En este sentido, puede ser pensada como una película que pone en juego algo del orden de la intranquilidad y allí reside su enseñanza más valiosa. (7)
Sabemos que la educación tiene que ver con la transmisión de la cultura y con la operación sobre las herencias. Nos guste o no somos todos herederos, y como dice Derrida, como todos los herederos, somos herederos dolientes. Por eso, no es una tarea menor intentar hacer algo con eso que nos duele. Buscar el modo de arreglárnoslas con eso que nos han dejado, y darle la posibilidad a otros, a los que vienen, de que también puedan arreglárselas con eso. Lo cual no es poca cosa. (8)

[1] Citado por Abraham, Tomás, La empresa de vivir, Sudamericana. Buenos Aires, 2000. Pag. 456. Subir
[2] Ibídem. p. 473. Subir
[3] Calveiro, Pilar, Poder y desaparición. Los campos de concentración en la Argentina, Ediciones Colihue, Buenos Aires, 1999. Subir
[4] Entrevista realizada a Marco Bechis por Bárbara Gallota en Otro Campo Cine.
En: www.otrocampo.com Subir
[5] Forster, Ricardo, "Las 'almas de los muertos' en La invención y la herencia". Cuadernos ARCIS - LOM Nº 6. Santiago de Chile. Pag. 39. Subir
[6] Pregunta trabajada por la autora en el artículo "Enseñar lo in-enseñable. Reflexiones a propósito del Museo del Holocausto de Estados Unidos", en Cuaderno de Pedagogía Rosario, Año III, Nº 5, Rosario, 1999. Subir
[7] Ibídem, p. 44. Subir
[8] Estas reflexiones se las debo a Ana Abramowski, quien las hace en la presentación del libro de su coautoría El renegar de la escuela. Desinterés, apatía, aburrimiento, violencia e indisciplina (Homo Sapiens), publicada en la Revista Nuestra Idea de Amsafe, Rosario, 2001. Subir

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