Inicial

bicentenario

Literatura. José Sebastián Tallon, Alfonsina Storni y Germán Berdiales

Un poco de historia

¿Cuándo se inicia la literatura para niños en nuestro país? Para algunos especialistas, entre ellos Pablo Medina, podemos encontrar las primeras manifestaciones de literatura comprensibles para niños en las poesías, cielitos y diálogos patrióticos de Bartolomé Hidalgo y Esteban de Luca. Son composiciones relacionadas con acontecimientos históricos que escuchaba y cantaba el pueblo en los albores de la Revolución de Mayo. Pero la producción escrita destinada a niños en aquella época no estaba centrada en la literatura, sino en la enseñanza de moral, hábitos, primeras letras y matemática. La primera obra para niños de carácter literario, aunque teñida de didactismo y enseñanza de valores morales, es Cuentos de Eduarda Mansilla de García, que aparece en 1880. Es por eso que, en general, se considera como inicio de la literatura infantil en nuestro país al libro Leyendas argentinas de Ada María Elflein, publicado en 1906. Una obra ya despojada de intenciones moralistas y centrada exclusivamente en ofrecer narraciones para el disfrute y el goce literario de los niños. A partir de allí comienza un camino de producciones que siguen esta premisa y van explorando nuevos temas, propuestas formales, lingüísticas y estéticas, que configuran el variado y riquísimo patrimonio literario para niños que tenemos hoy en la Argentina.

Tres autores para recordar

Entre las manifestaciones más antiguas, hemos seleccionado poemas de tres autores que podemos dirigir a los niños en el Nivel Inicial: José Sebastián Tallon, Alfonsina Storni y Germán Berdiales. La obra de Tallon es de mediados de la década de 1920. La de Alfonsina Storni es también aproximadamente de la misma época, y aunque escrita esencialmente para adultos, hemos espigado de ella dos poemas que los niños pueden disfrutar. En el caso de Berdiales, su obra para niños se inicia en la década de 1920 y se extiende hasta los años 60. Los poemas de estos autores han aparecido en muchas ediciones de libros de lectura a través del tiempo, como "El sapito Glo Glo Glo", que incluimos en esta pequeña selección. Los hemos elegido especialmente ya que si los niños los disfrutan, aprenden algunos de ellos y los comparten con sus familias será una ocasión para que padres y abuelos los recuerden, generando nuevos lazos de vinculación a través de la poesía.

Propósitos

Ofrecer a los niños la oportunidad de escuchar y disfrutar poemas de autores reconocidos que han formado parte de la cultura literaria de generaciones anteriores.

Actividades

El docente podrá explicar a los niños que los poemas que les leerá o les dirá tienen muchos años y que es probable que los conozcan en sus familias, ya que se han publicado en numerosos y diversos libros a través del tiempo. Puede leer o decir los poemas (si memoriza alguno o algunos de ellos), también transcribirlos en los cuadernos de comunicaciones con una nota a las familias o ubicar algunos en la cartelera, a fin de abrir este espacio de intercambio y diálogo con las familias que queremos propiciar.

Los poemas

Hemos seleccionado los siguientes poemas:

  • "El sapito Glo Glo Glo", de José Sebastián Tallon [Ver más]
  • "Ronda", de José Sebastián Tallon [Ver más]
  • "La silla", de Alfonsina Storni [Ver más]
  • "Iremos a la montaña", de Alfonsina Storni [Ver más]
  • "La gallina ponedora", de Germán Berdiales [Ver más]
  • "La tijera de mamá", de Germán Berdiales [Ver más]

Información en la ficción

Propósitos

En ocasiones, la ficción puede acercar a los niños al conocimiento de hechos históricos de una manera sencilla, viva y amena, complementando todo aquello que pueda ser aportado por otros medios. Tal como en literatura ocurre con la novela histórica (que ubica hechos ficcionales dentro de un marco histórico comprobable) nos proponemos acercar a los niños sucesos relativos al 25 de Mayo de 1810 a través de relatos ficcionales.

Como este tipo de texto no abunda para Nivel Inicial, hemos elaborado dos que incluimos en este material. El primero es una adaptación de un relato escrito para niños más grandes. El segundo es una versión libre de un cuento pensado para Jardín de Infantes, pero que hemos contextualizado a los objetivos de esta propuesta. Estos relatos buscan ofrecer a los niños un acercamiento diferente a este momento fundamental de nuestra historia a través de textos documentados.

Actividades

Proponemos que el docente realice la lectura de los relatos, dedicando un momento posterior para conversar con los niños sobre los datos históricos que los textos aportan. El relato permite una aproximación a algunas costumbres cotidianas de 1810, como así también a hechos puntuales del 25 de Mayo desde el punto de vista de un niño, lo cual lo acerca significativamente a los niños actuales.

El docente puede conversar con sus alumnos sobre algunos datos que el relato aporta, como por ejemplo sobre la conformación de la familia de la protagonista (numerosa, con españoles y criollos) y la presencia de sirvientes negros en la casa. Es factible brindar información sobre sus tareas y costumbres habituales. La manera de hablar de la negra Clementina y el tratamiento de "usted" o la manera de llamar a Eugenia "mi niña" o "Su Merced" podrán ser observadas para explicar estas peculiaridades, lejanas para los niños de hoy. El texto da oportunidad también para explicar cómo se hace la mazamorra, cuándo y cómo se acostumbraba a comerla, por qué se dice que las sábanas de la cama de Eugenia estaban heladas o por qué la iluminación era con velas. La explicación de la disputa en el ámbito familiar permite referir con sencillez, pero manteniendo la gran tensión que ello implicaba, las oposiciones que se dirimían en ese momento. El escenario del Cabildo con el día lluvioso enmarca la discusión de fondo acerca de la legitimidad del virrey, que se simplifica aquí para la comprensión de un niño centrándose en las opiniones a favor y en contra del mismo. La referencia a la persecución con el paraguas permite recordar que estuvieron presentes en esos días, "movidos como un candombe", expresión también interesante de explicar para entender la imagen tan bien condensada que hace la negra Clementina.

Ver primer texto

El siguiente relato ofrece otro punto de vista para aproximarse a algunas características de la ciudad, a las costumbres en la época colonial y a hechos puntuales del 25 de Mayo. La visión del niño, en este caso un negrito que mira con ojos asombrados la ciudad que está conociendo, se vincula a algunos descubrimientos que pueden hacer los niños actuales de esa realidad tan lejana: las casas, algunas de ellas con aljibes (es posible mencionar a los niños que sólo las familias más adineradas enían aljibes; todos los demás necesitaban de los servicios del aguatero, como en la casa donde sirve Motitas), la iluminación con faroles y la tarea de los faroleros, la función del sereno que transita por las calles al anochecer, entre otras que el docente podrá ampliar para el conocimiento de los niños. El texto aporta también otros datos, como los modos de trasladarse -que el docente podrá ampliar con el otro apartado específico que se ofrece en este documento-, la mención de comidas características de la época y las costumbres de amos y sirvientes, entre las que aparecen las tareas que solían hacer los esclavos de corta edad. Si bien no hay acuerdo entre los historiadores acerca del reparto de cintas celestes y blancas que supuestamente hicieran French y Beruti, hay bastante consenso en afi rmar que los revolucionarios entregaban algún tipo de distintivo, episodio que aparece reflejado en el relato. El negrito Motitas no comprende bien los hechos que está presenciando, pero se entusiasma ante el fervor de los personajes que ve. La explicación sencilla que la niña que conoce en la plaza le da y que él transmite a su mamá, aunque simplificada, resulta adecuada para los primeros acercamientos a estos hechos históricos que queremos brindar a los niños.

Ver segundo texto

Para contar y contar

Propósitos

Una parte fundamental del acervo cultural de los pueblos es su narrativa folclórica. Los cuentos, mitos y leyendas son narraciones populares, tradicionales y anónimas que imprimen en sus historias modos particulares de ver y entender el mundo, de identificarse con maravillas y realidades, y de expresarse estética e ingeniosamente. A lo largo del tiempo se han ido acuñando en nuestro país diferentes cuentos folclóricos en los que podemos apreciar muchas de las notas particulares de nuestra idiosincrasia. Aunque la mayoría de ellos provenga de la tradición española y podamos encontrar en otros lugares de América latina historias similares, podemos reconocer algunos cuentos que se han afi ncado en nuestro país y han tomado el color local propio, incorporado modos característicos de hablar, de expresar nuestro sentido del humor, ingenio o picardía. En ocasión de los festejos del Bicentenario, creemos importante acercar algunos de estos cuentos a los niños, para que esa tradición continúe viva y los niños disfruten de esas historias como otros niños y adultos de generaciones pasadas lo hicieron.

Actividades

Proponemos ofrecer a los niños un itinerario de lectura y narración de cuentos folclóricos especialmente seleccionados para ellos. El docente dará una breve explicación que permita a los niños entender que estos cuentos son diferentes de otros escritos por autores conocidos, mencionando su carácter anónimo y la manera en que se han ido transmitiendo con el correr del tiempo. Se podrá proponer un "ida y vuelta", una circulación de estos cuentos, invitando a los niños a contar alguna de estas historias a sus familiares, llevar una copia a sus hogares o colocar un texto en una cartelera, a fi n de que otros adultos puedan aportar otras versiones u otros cuentos similares que conozcan. Por ejemplo, en nuestro país hay numerosas historias del zorro, en ocasiones acompañado por el quirquincho, tal como aparece en uno de los cuentos que se verá a continuación. Tal vez en las familias se recuerden otras narraciones con estos personajes o versiones diferentes de la que mencionamos, así como también otros cuentos con animales. Invitar a estos adultos memoriosos a participar como narradores en la sala será una ocasión interesante de mostrar el sentido de circulación que estas historias tienen. Sugerimos alternar la lectura y la narración de los cuentos seleccionados. Pero dado que se trata de cuentos folclóricos, hacemos especial hincapié en privilegiar la narración oral de los mismos, dado que esta es su forma de transmisión característica. Para facilitar la tarea de selección del docente transcribimos a continuación dos cuentos en versiones adecuadas para los niños de 5 años, junto con una lista de sugerencias bibliográficas:

Para continuar la tarea de lectura y narración de cuentos folclóricos, sugerimos a continuación algunos títulos que podrán ser de utilidad para incorporar en el itinerario:

  • Colombres, Adolfo. El zorro que cayó en la luna. Buenos Aires, Colihue, 1986. (Cuentos del Pajarito Remendado).
  • Coluccio, Félix. Cuentos folklóricos. Buenos Aires, Plus Ultra, 1981.
  • Devetach, Laura. ¿Quién se sentó sobre mi dedo? Buenos Aires, Colihue, 1984. (Cuentos del Pajarito Remendado).
  • El abuelo del tatú. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1978. (Los cuentos del Chiribitil).
  • La gran pelea. Buenos Aires, Colihue, 1989. (Cuentos del Pajarito Remendado).
  • Martínez, Paulina. Cuentos y leyendas de Argentina y América. Buenos Aires, Alfaguara, 2006.
  • Montes, Graciela. Cuentos del sapo. Buenos Aires, Sudamericana, 2000. (Colección Cuentamérica.)
  • Roldán, Gustavo. Zorro y medio. Buenos Aires, Colihue, 1984. (Cuentos del Pajarito Remendado).
  • Pedro Urdemales y el árbol de plata. Buenos Aires, Colihue, 1991. (Cuentos del Pajarito Remendado).
  • Cuentos del zorro. Buenos Aires, Sudamericana, 1999. (Colección Cuentamérica).
  • Romera, P. y Martínez, P. Andanzas de Juancito el Zorro. Buenos Aires, Plus Ultra, 1987.

Rondas y Juegos tradicionales

Propósitos

Es intención de estas propuestas ofrecer a los niños oportunidades de conocer antiguas manifestaciones poéticas con formato lúdico que provienen de la tradición oral para que puedan disfrutar jugando con ellas, tal como lo hicieron gran parte de las generaciones anteriores. En muchos casos, las condiciones actuales de vida no permiten el acercamiento a estos antiguos juegos y rondas. El jardín podrá constituirse en un ámbito que rescate estas valiosas producciones, que cobrarán especial relevancia en el marco de los festejos patrios referidos al Bicentenario. Proponemos aquí una selección de juegos y rondas con dinámicas variadas, factibles de implementar en las secciones de 4 y de 5 años. Asimismo creemos que es factible organizar actividades para que los niños de estas salas, las realicen, a su vez, con los pequeños de las secciones de 2 y de 3 años.

Actividades para jugar en parejas

Balanceos [Ver más]

Estas poesías de la tradición oral están habitualmente destinadas a los niños pequeños. El adulto las dice al niño que tiene sentado sobre su falda mientras lo balancea suavemente a un lado y al otro. Proponemos aquí una variante para que la digan y jueguen los niños mayores, con otros más pequeños. Los niños podrán ubicarse sentados en el suelo y enfrentados en parejas tomándose de las manos. Seguirán el ritmo marcado por la poesía mientras se realiza un balanceo hacia adelante y hacia atrás alternadamente.

Abrazos [Ver más]

En esta propuesta el poema operará como un pedido para recibir y compartir el abrazo de un compañero.

Actividades para jugar en forma grupal

Pipirigaña [Ver más]

Los niños se sientan en ronda y colocan las manos sobre las rodillas, con la palma hacia arriba. Uno de los niños, que hace de director del juego, irá pasando y mientras se dice la primera parte del poema va tocando las manos de sus compañeros. La mano que es tocada debe ocultarse detrás de la espalda. Se entabla el diálogo final con el primero que tiene las dos manos escondidas. Los dos niños se hacen cosquillas y el que estaba en la ronda ocupa el lugar del director para repetir el juego.

Coro, coronita es [Ver más]

Un niño se ubica ocultando su cara contra la pared y dando la espalda a los compañeros. Los niños restantes se ubican en una línea. Mientras el niño que está contra la pared recita la poesía, los compañeros pueden avanzar hacia él, pero al terminar de decir el poema el niño se dará vuelta para mirarlos y todos deben permanecer quietos en su lugar. Si alguno se mueve, debe volver a la línea de partida. El primer niño que llega hasta el compañero que recita, toca su espalda y ocupa su lugar para reiniciar el juego.

Martín Pescador [Ver más]

Mientras dos de los niños se toman de las manos y las elevan para simular un puente, el resto se ubica formando un tren. El tren se desplaza hasta llegar al puente. Se establece el diálogo indicado en el poema entre el primer niño del tren y los del puente. Pasan todos por debajo, pero los del puente atrapan al último. Le realizan una pregunta que debe contestar, por ejemplo: "¿Qué helado te gusta más: de frutilla o de chocolate?", "¿Qué animal te gusta más: el perro o el gato?". El niño dará su respuesta y se ubicará detrás del niño del puente que representa esa opción. Cuando todos los niños hayan pasado, quedarán dos filas. Es el momento de realizar la torzada, se traza una línea entre los niños del puente originario y estos se tomarán de las manos. Secundados por los niños de su fila, que se tomarán de la cintura, deberán tirar. Gana el grupo que logra hacer que el otro traspase la línea marcada.

Ronda [Ver más]

Si bien el texto original está formulado en femenino, podrá variarse para que intervengan también los varones diciendo "Déjenlo solo, solito y solo... que lo quiero ver bailar...". Se forma una rueda de donde sale uno de los niños, quien salta en uno y otro pie mientras los demás cantan y baten palmas. Al decir "Busque compaña", el que está en el centro saca a un compañero con quien bailará tomados de la mano mientras los demás completan la estrofa. Queda en el centro quien fue elegido y el juego continúa. [Ver más]

Los niños giran tomados de las manos mientras se canta la primera estrofa del poema. Al llegar a la segunda, se sueltan y colocando las manos en la cintura saltan alternando los pies para culminar haciendo una reverencia. Se reitera esta dinámica con la segunda parte del poema. Recordamos la importancia de acercar a los niños otros juegos y rondas que el docente conozca y tal vez los niños no, como "Estaba la paloma blanca", "La farolera", "Pisa, pisuela", etc.

Para incorporar en diferentes actividades

Rimas de sorteo

Estos poemas muy breves permiten sacar suerte, es decir, determinar quién es el elegido para alguna situación determinada. El docente podrá incorporarlos en su accionar cotidiano con esta idea para elegir qué niño realiza determinada tarea, por ejemplo. Los niños podrán aprenderlos para incorporarlos en sus juegos. Damos a continuación algunos ejemplos.

[Ver ejemplos]

El poema se va recitando rítmicamente mientras se señalan en orden los niños implicados. Resulta elegido aquel que concuerda con la última palabra dicha.

Para jugar en forma individual y compartir con otros

Juegos para mover las manos

La tradición oral ofrece múltiples ejemplos de poemas para decir mientras se tocan o mueven los dedos de las manos. Usualmente es el adulto quien realiza la acción corporal para o con el niño y, en general, el juego se destina a los más pequeños. En oportunidad de los festejos del Bicentenario, consideramos interesante que los niños mayores puedan aprender estos juegos para poder hacerlos con otros niños menores de la institución. Es una manera de hacer circular los poemas y de que los mayores asuman un lugar diferente al ser ellos los encargados de "dirigir" el juego. Sugerimos, a modo de ejemplo, los siguientes:

[Ver más]

Mientras se dicen los dos primeros versos se pasa lentamente el dedo índice de una mano por la palma de la otra. Luego se toma dedo por dedo mientras se describen las acciones, comenzando por el pulgar y terminando por el meñique. Finalmente la mano imita el volar de la paloma.

[Ver más]

Se mueve rítmicamente una mano, que sugiere a los cinco pollitos mencionados, mientras se dicen los dos primeros versos. Luego se sugieren las acciones mencionadas moviendo, de a uno por vez, tres de los dedos. En ambos casos, el docente podrá mostrar una manera de resolver los movimientos que el poema sugiere mientras lo dice. Invitará a los niños a realizar otros movimientos posibles según lo que imaginen, favoreciendo que lo hagan creativamente y también que observen las distintas propuestas de los compañeros, para tomarlas si así lo desean. Dedicará un momento de la actividad al aprendizaje del poema, siempre reiterándolo en su totalidad y no fragmentado, para que los chicos puedan apropiarse de él, participar con mayor autonomía del juego y poder hacerlo luego para otros. La enseñanza de este juego, así como también de todos los que hemos mencionado será ocasión para que los niños aporten variantes de los mismos u otros similares que puedan saber, como es el caso del conocido "Este se compró un huevito...". Será interesante que el docente dé espacio para que puedan contar quién se los enseñó, con quién lo jugaron, etcétera y que esto dé pie para comentar el sentido de circulación social que estos juegos tienen, de su transmisión a través del tiempo y del gusto compartido por tantas personas.

Rimas de cosquillitas

La tradición oral trae ejemplos de estos poemas que se dicen mientras se simula el andar con dos dedos para culminar haciendo cosquillas en alguna parte del cuerpo. Es también una propuesta que usualmente se destina a los más pequeños y que, en este caso, los niños mayores pueden aprender para jugar con ellos.

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Los dedos índice y mayor simulan dos patitas que van recorriendo primero un brazo y luego el otro mientras se dicen los dos primeros versos, para terminar haciendo cosquillas en el cuello.

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Los dedos índice y mayor simulan dos patitas que recorren de manera ascendente una pierna para culminar haciendo cosquillas en la panza.