Antes de la Agrupación Nuevo Jazz tuve otros grupos, entre ellos los Swing Timers y el primer trío Jorge Navarro, lo cual no hace más que confirmar que soy uno de los músicos más viejos del planeta (risas). Respecto a lo que me preguntás, con Alchourrón veníamos tocando desde 1958, y creo recordar que gracias a él fui convocado para integrar Nuevo Jazz. Y en cuanto al Gato... Para mí era un sueño tocar con él, y con los demás músicos, que eran mis ídolos. Aunque ahora parezca raro, yo era el más joven y me tuvieron una enorme paciencia. Aprendí muchísimo con ellos.
Lo de Down Beat fue por la presencia en Buenos Aires de Gene Less, un periodista de la revista que había presenciado algunos recitales de Nuevo Jazz. Supongo que estaría bastante borracho para haberme votado en la encuesta anual como uno de los mejores pianistas fuera de los Estados Unidos (risas). Los premios los he aceptado como una consecuencia de mi actividad, pero jamás los perseguí como un fin en sí mismos. Y la verdad, nunca me sentí condicionado. A fines de la década del cincuenta, el jazz tradicional y el jazz moderno eran enemigos irreconciliables. Yo tocaba exactamente igual en el Hot Club y en el Bop Club de Buenos Aires, que eran como un Boca-River; en los dos me aceptaban y en ambas encuestas me elegían como el músico del año... Siempre creí que el jazz es uno solo.
Debe ser por mi proverbial caradurez, pero nunca me sentí nervioso ante la presencia de esos músicos tremendos; si emocionado y respetuoso. Todos ellos dejaron una profunda marca en mi vida.
Muchas veces me han ofrecido cosas en la tevé, como anfitrión de programas musicales nunca llegaron a concretarse. Como actor, participé en una comedia semanal de Juan Carlos Mesa, en donde tocaba y actuaba; hasta que aparecieron unos actores profesionales que, temerosos de perder su trabajo, me hicieron echar...
Louis Armstrong es mi músico predilecto, y por supuesto hay muchísimos más... Gershwin es uno de mis compositores favoritos, y Cole Porter está en el mismo peldaño de excelencia.
Ya atravese; la experiencia de haber vivido en el exterior. Durante los años setenta viví en los Estados Unidos y en Puerto Rico; con otros argentinos integrábamos un grupo llamado The Sound And Company. Luego visité Europa en los años ´84, ´85, ´87 y ´88. Pero si vivo en el exterior... ¿ cómo hago para sufrir por Racing en vivo y en directo? (risas). Aquí están mis afectos, los olores y sabores de mi infancia y mi juventud, y por sobre todas las cosas están mis queridos nietos.
Tengo la fortuna de tocar con los grandes músicos del trío, Carlos Álvarez en bajo y Eduardo Casalla en batería. Me hubiera gustado tocar con contrabajistas como Ray Brown y Ron Carter. Me encantó tocar con Dave Holland; quizás podamos hacer algo el año próximo. En batería, Tony Williams, Bill Stuart, Jack De Johnette... Soñar no cuesta nada. En formación de dúo, me gustaría volver a tocar con Jim Hall y con el querido Clarke Terry.
Hay un viejo tema que se llama "Ritmo loco". Así se vive hoy. Con mi mujer estamos viviendo en una zona alejada de Capital, casi en el campo, con los pajaritos, el pastito, los perritos... Aquí es bastante "tranqui" , como se dice ahora. Pero siempre fue igual: la paz está dentro nuestro, sólo hay que animarse a buscarla. ¡Viva el jazz!